Esdras 5:2 - Biblia Martin Nieto2 Zorobabel, hijo de Sealtiel, y Josué, hijo de Yosadac, decidieron reanudar la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén, con la asistencia de los dos profetas de Dios, que estaban con ellos animándoles. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 19602 Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac, y comenzaron a reedificar la casa de Dios que estaba en Jerusalén; y con ellos los profetas de Dios que les ayudaban. Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente2 Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Jehosadac, respondieron y continuaron la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén. Los profetas de Dios estaban con ellos y los ayudaban. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)2 Entonces Zorobabel hijo de Sealtiel y Josué hijo de Yosadac se decidieron a reiniciar la construcción del Templo de Dios en Jerusalén; los profetas de Dios estaban con ellos y los apoyaban. Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion2 En ese tiempo se levantaron Zorobabel bar Salatiel y Jesúa bar Josadac y comenzaron a reedificar la Casa de Dios que estaba en Jerusalem, y con ellos, los profetas de Dios que los apoyaban. Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 19752 Entonces Zorobabel, hijo de Sealtiel, y Josué, hijo de Josadac, se pusieron a edificar el templo de Dios en Jerusalén. Con ellos estaban los profetas de Dios, que los apoyaban. Féach an chaibidil |
El mes segundo del año segundo de su llegada al templo de Dios en Jerusalén, Zorobabel, hijo de Sealtiel; Josué, hijo de Yosadac, con el resto de sus hermanos, sacerdotes y levitas, y todos los que habían vuelto del destierro a Jerusalén, pusieron manos a la obra y encargaron a los levitas de veinte años para arriba la dirección de los trabajos del templo del Señor.
Así los dirigentes judíos continuaron las obras con éxito, confortados por la palabra inspirada de los profetas Ageo y Zacarías, hijo de Idó. Y llevaron a feliz término la reconstrucción, en conformidad con el mandato del Dios de Israel y con la orden de Ciro, de Darío y de Artajerjes, reyes de Persia.