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Esdras 10:18 - Biblia Martin Nieto

18 Ésta es la relación de los miembros del sacerdocio que se habían casado con mujeres extranjeras. Entre los descendientes de Josué, hijo de Yosadac, y entre sus hermanos: Maasías, Eliezer, Yarib y Guedalías.

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Biblia Reina Valera 1960

18 De los hijos de los sacerdotes que habían tomado mujeres extranjeras, fueron hallados estos: De los hijos de Jesúa hijo de Josadac, y de sus hermanos: Maasías, Eliezer, Jarib y Gedalías.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Los siguientes son los sacerdotes que habían tomado mujeres paganas como esposas: De la familia de Jesúa, hijo de Jehosadac, y sus hermanos: Maaseías, Eliezer, Jarib y Gedalías.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Esta es la lista de los que se habían casado con mujeres extranjeras: de entre los sacerdotes, entre los hijos de Josué hijo de Yosadac, y entre sus hermanos: Maaseías, Eliezer, Yarib y Geldaía.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y entre los hijos de los sacerdotes, se halló que habían cohabitado con mujeres extranjeras, algunos° de los hijos de Jesúa ben Josadac, y de sus hermanos, Maasías, Eliezer, Jarib y Gedalías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Entre los hijos de los sacerdotes que habían tomado por esposas a mujeres extranjeras se encontraban los siguientes. Entre los hijos de Josué, hijo de Josadac, y entre sus hermanos: Maasías, Eliezer, Yarib y Godolías.

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Esdras 10:18
27 Tagairtí Cros  

Y el día uno del primer mes habían terminado ya de contar a todos aquellos que se habían casado con mujeres extranjeras.


Vinieron con Zorobabel, Josué, Nehemías, Serayas, Reelayas, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvay, Rejún, Baaná. Número de los hombres del pueblo de Israel:


Sacerdotes: de Jedayas, de la casa de Josué, novecientos setenta y tres;


Josué, hijo de Yosadac, con sus hermanos sacerdotes, y Zorobabel, hijo de Sealtiel, con sus hermanos, se pusieron a reconstruir el altar del Dios de Israel para ofrecer en él los holocaustos, como está escrito en la ley de Moisés, hombre de Dios.


El mes segundo del año segundo de su llegada al templo de Dios en Jerusalén, Zorobabel, hijo de Sealtiel; Josué, hijo de Yosadac, con el resto de sus hermanos, sacerdotes y levitas, y todos los que habían vuelto del destierro a Jerusalén, pusieron manos a la obra y encargaron a los levitas de veinte años para arriba la dirección de los trabajos del templo del Señor.


Zorobabel, hijo de Sealtiel, y Josué, hijo de Yosadac, decidieron reanudar la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén, con la asistencia de los dos profetas de Dios, que estaban con ellos animándoles.


Al terminar aquello, se me presentaron los jefes para decirme: 'El pueblo de Israel, los sacerdotes y los levitas no se han separado de las gentes del país y han incurrido en las prácticas horrendas de los cananeos, hititas, fereceos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios e idumeos.


Ellos y sus hijos se han casado con las hijas de esas gentes mezclando la raza santa con las gentes del país, y los jefes y los magistrados han sido los primeros en incurrir en tal prevaricación'.


Josué engendró a Joaquín, Joaquín a Eliasib, Eliasib a Yoyadá,


Hasta a uno de los hijos de Yoyadá, hijo del sumo sacerdote Eliasib, yerno de Sambalat, el joronita, lo alejé de mi lado.


Esdras, el escriba, estaba de pie sobre una tribuna de madera levantada al efecto; y junto a él estaban, a su derecha, Matitías, Semá, Ananías, Urías, Jelcías y Maasías; y a su izquierda, Pedayas, Misael, Malquías, Jasún, Jasbadana, Zacarías y Mesulán.


Los levitas Josué, Baní, Serebías, Jamín, Acub, Sabtay, Hodiyías, Maasías, Quelitá, Azarías, Yozabad, Janán y Pelayas explicaban la ley al pueblo mientras el pueblo permanecía en pie.


Pues el país está lleno de adúlteros; a causa de la maldición el país está de luto, resecos los oasis del desierto. El afán de su carrera es el mal; su esfuerzo, la injusticia.


Sí, hasta el profeta y el sacerdote practican la injusticia, hasta en mi propia casa he encontrado su maldad, -dice el Señor-.


Pero en los profetas de Jerusalén he visto monstruosidades: adulterio, obstinación en la falsedad, apoyo a los criminales para que ninguno se convierta de su perversidad; son todos ellos para mí como Sodoma; y sus habitantes, como Gomorra.


No tomarán por esposa ni una viuda ni una mujer divorciada, sino una virgen de la casa de Israel; podrán, no obstante, casarse con una viuda de un sacerdote.


No tomarán por esposa una mujer prostituta, violada o divorciada, pues el sacerdote está consagrado a su Dios.


El año segundo del rey Darío, en el mes sexto, el día primero del mes, fue dirigida esta palabra del Señor, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y a Josué, hijo de Yehosadac, sumo sacerdote, en estos términos:


Entonces Zorobabel, hijo de Sealtiel; Josué, hijo de Yehosadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo escucharon la voz del Señor, su Dios, y las palabras de Ageo, el profeta, según la misión que el Señor le había encomendado, y el pueblo se llenó de temor ante el Señor.


Pero ahora, ten ánimo, Zorobabel, dice el Señor; ten ánimo, Josué, hijo de Yehosadac, sumo sacerdote; ten ánimo, pueblo todo de la tierra, dice el Señor. Trabajad, porque yo estoy con vosotros, palabra del Señor todopoderoso.


Luego el Señor me hizo ver a Josué, el sumo sacerdote, que estaba delante del ángel del Señor, mientras que Satán estaba a la derecha para acusarle.


Toma la plata y el oro, haz una corona y ponla en la cabeza de Josué, hijo de Yehosadac, el sumo sacerdote.


Las mujeres, igualmente, que sean dignas, no chismosas, moderadas en la bebida, fieles en todo.


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