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Esdras 10:1 - Biblia Martin Nieto

1 Mientras Esdras oraba y hacía esta confesión llorando y postrado ante el templo de Dios, se congregó junto a él una gran multitud de israelitas, mujeres y niños; todos lloraban amargamente.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Mientras oraba Esdras y hacía confesión, llorando y postrándose delante de la casa de Dios, se juntó a él una muy grande multitud de Israel, hombres, mujeres y niños; y lloraba el pueblo amargamente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Mientras Esdras oraba y hacía esa confesión llorando y postrado rostro en tierra delante del templo de Dios, una gran multitud de Israel —hombres, mujeres y niños— se congregó y lloró amargamente con él.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Esdras hacía esta oración y esta confesión, entre sollozos y postrado delante del Templo de Dios, mientras una gran multitud de israelitas, hombres, mujeres y niños se congregaban alrededor de él; el pueblo también sollozaba a gritos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Y mientras Esdras oraba y hacía confesión, llorando y postrado delante de la Casa de Dios, se reunió en torno a él una gran multitud de hombres y mujeres y niños de Israel; y todo el pueblo lloraba amargamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Mientras Esdras oraba, llorando y postrado ante el templo de Dios, se congregó en torno a él un concurso muy numeroso de israelitas: hombres, mujeres y niños. El pueblo lloraba muy copiosamente.

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Esdras 10:1
29 Tagairtí Cros  

Escucha la plegaria que tu siervo y tu pueblo Israel te hagan en este lugar; escúchala desde tu morada en los cielos; escúchalos y perdona.


y le dijo: 'He escuchado la oración y súplica que me has hecho; he santificado este templo que has construido para que resida en él mi nombre por siempre y para que en él estén siempre fijos mis ojos y mi corazón.


Todo Judá permanecía de pie delante del Señor, incluidas sus mujeres e hijos pequeños.


Si nos sobreviene la desgracia, si la espada, el castigo, la peste o el hambre se abaten sobre nosotros, nos presentaremos en este templo delante de ti, porque en este santuario habita tu nombre, y en medio de nuestra angustia clamaremos a ti, y tú nos escucharás y nos salvarás.


Esdras se retiró del templo de Dios y se fue al aposento de Jojanán, hijo de Eliasib, donde pasó la noche sin comer pan ni beber agua; tan desolado estaba con la prevaricación de los repatriados.


Al oír estas palabras, yo me senté y me puse a llorar. Permanecí en duelo algunos días, ayunando y orando ante el rey del cielo.


Que tus oídos estén atentos y tus ojos abiertos para escuchar la plegaria de tu siervo, que yo derramo ahora ante ti, día y noche, por los israelitas tus siervos, confesando los pecados que ellos han cometido contra ti. Yo mismo y la casa de mi padre hemos pecado;


Entonces Nehemías, el gobernador; Esdras, el sacerdote-escriba, y los levitas que instruían al pueblo dijeron a toda la asamblea: 'Este día está consagrado al Señor, vuestro Dios; no estéis tristes, no lloréis'. Porque todo el pueblo lloraba al escuchar las palabras de la ley.


ríos de lágrimas caen de mis ojos porque tu ley no se observa.


Te he confesado mi pecado y no oculté mi falta; yo dije: 'Confesaré mis faltas al Señor', y tú me has absuelto de todos mis delitos.


Si no escucháis este aviso, mi alma llorará en secreto por vuestro orgullo; llorará sin descanso y mis ojos derramarán lágrimas, porque el rebaño del Señor es conducido al cautiverio.


¡Quién me brindara en el desierto un albergue de ambulantes! Abandonaría entonces a mi pueblo; me alejaría de él, porque son todos adúlteros, una pandilla de traidores.


Todavía estaba yo hablando, rezando y confesando mis pecados y los pecados de mi pueblo Israel y derramando mi súplica ante el Señor, mi Dios, por el santo monte de mi Dios;


Israel, vuelve al Señor, tu Dios, porque por tu culpa te ha hecho caer.


Pero entonces infundiré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de buena voluntad y de súplica. Volverán sus ojos hacia el que traspasaron con la espada y harán luto por él como por un hijo único. Y llorarán por Jerusalén como se llora por el primogénito.


ellos confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán.


Al acercarse y ver la ciudad, lloró por ella,


Cornelio respondió: 'Hace cuatro días, justamente a esta misma hora, las tres de la tarde, estaba yo orando en mi casa, cuando se presentó delante de mí un hombre con un vestido resplandeciente,


Pero, al pasar la semana, partimos. Nos acompañaron todos, con sus mujeres y niños, hasta fuera de la ciudad. Nos pusimos de rodillas en la playa, oramos,


Tengo una tristeza inmensa y un profundo y continuo dolor.


Reúne al pueblo, a hombres, mujeres, niños y al extranjero residente, para que la oigan y aprendan a respetar al Señor, tu Dios, y procuren poner en práctica todas las disposiciones de esta ley.


Josué rasgó sus vestiduras y se postró rostro en tierra delante del arca del Señor hasta la tarde, y con él los ancianos de Israel; todos se echaron polvo sobre sus cabezas.


No quedó ni una palabra de todo lo que había mandado Moisés que no fuera leída por Josué a toda la asamblea de Israel, incluyendo a las mujeres, a los niños y a los extranjeros residentes.


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