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Apocalipsis 20:11 - Biblia Martin Nieto

11 Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron de su presencia, sin que se encontrase su lugar.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. La tierra y el cielo huyeron de su presencia, pero no encontraron ningún lugar donde esconderse.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Luego vi un trono grande y espléndido y a uno que estaba sentado en él; el cielo y la tierra huyeron al verlo sin que quedaran huellas de ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Vi un gran trono blanco, y al que estaba sentado en él, ante cuyo rostro huyeron la tierra y el cielo, y no fue hallado lugar para ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. Huyeron de su presencia la tierra y el cielo, y no se les volvió a ver en ningún lugar.

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Apocalipsis 20:11
27 Tagairtí Cros  

¡Lejos de ti hacer tal cosa! ¡Hacer morir al justo con el pecador, tratarle como al culpable! ¡Nunca hagas eso! ¿El juez de toda la tierra no hará justicia?'.


Desquicia la tierra de su sitio y hace vacilar sus columnas.


Tú pusiste al principio los cimientos de la tierra, y los cielos son la obra de tus manos;


porque el rey de toda la tierra es Dios, cantadle un buen cántico.


Tu brazo está lleno de poder, fuerte es tu mano, sublime tu derecha.


Está rodeado de nubes y tinieblas, la justicia y el derecho son las bases de su trono.


El año de la muerte del rey Ozías vi al Señor sentado en su trono elevado y excelso: la orla de su vestido llenaba el templo.


Entonces se hizo pedazos todo: el hierro, la arcilla, el bronce, la plata y el oro; quedaron como el tamo de la era en verano, y fueron arrebatados por el viento sin que quedara rastro alguno de ellos; en cambio, la piedra que había herido a la estatua se convirtió en un gran monte, que llenó la tierra entera.


Un río de fuego manaba y salía delante de él. Miles de millares le servían, millones y millones estaban de pie en su presencia. El tribunal se sentó y los libros se abrieron.


Pero os digo que en el día del juicio habrá más tolerancia para Tiro y Sidón que para vosotras.


El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.


'Cuando venga el hijo del hombre en su gloria con todos sus ángeles se sentará sobre el trono de su gloria.


Tú, con tu corazón impenitente y duro, estás amontonando castigos para el día del castigo, cuando se manifieste el justo juicio de Dios,


En cambio, la misma palabra de Dios tiene reservados y guardados los cielos y la tierra actuales para el día del juicio y de la perdición de los malhechores.


pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo.


Huyeron todas las islas, y desaparecieron las montañas.


Luego vi el cielo abierto, y apareció un caballo blanco; el jinete se llama el fiel, el veraz, y juzga y lucha con justicia.


Prendió al dragón, la antigua serpiente -que es el diablo, Satanás-, lo encadenó por mil años,


Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido; y el mar ya no existía.


Y el que estaba sentado en el trono dijo: 'Ahora hago nuevas todas las cosas'. Luego me dijo: 'Escribe que estas palabras son fieles y veraces'.


Al instante caí en éxtasis, y vi un trono en el cielo y uno sentado en el trono.


el cielo desapareció como un volumen que se enrolla, y todas las montañas y todas las islas fueron removidas de su sitio.


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