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Amós 6:10 - Biblia Martin Nieto

10 El pariente que saque los cadáveres de la casa dirá al que está dentro de ella: '¿Hay alguno contigo?'. Responderá: 'Ninguno'. Él dirá: '¡Silencio!'. No pronunciemos el nombre del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y un pariente tomará a cada uno, y lo quemará para sacar los huesos de casa; y dirá al que estará en los rincones de la casa: ¿Hay aún alguno contigo? Y dirá: No. Y dirá aquel: Calla, porque no podemos mencionar el nombre de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Luego, cuando el pariente responsable de deshacerse de los muertos entre en la casa para llevarse los cuerpos, le preguntará al último sobreviviente: «¿Está alguien más contigo?». Entonces, cuando la persona comience a jurar: «No, por...», la interrumpirá y dirá: «¡Cállate! Ni siquiera menciones el nombre del Señor»).

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 y cuando se presenten los deudos para sacar sus huesos, si a uno, que está al fondo le preguntan: 'Oye, ¿queda alguien por allá?',

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Y cuando el pariente° y el incinerador° vengan a sacar los huesos de la casa, Dirán al que está en el interior de la casa: ¿Queda alguno° más? Y contestará: No hay más…° Pero el otro lo interrumpirá: ¡Shsss!, Que no es tiempo de pronunciar el nombre de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Entonces entrará su tío o su pariente para sacar de la casa los huesos, y dirá al que está en un rincón de la casa: '¿Hay alguno más contigo?'. Responderá: 'Ninguno'. El otro dirá: '¡Calla! Que no hay que mentar el nombre de Yahveh'.

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Amós 6:10
11 Tagairtí Cros  

De regreso, al ver los sepulcros que había en el monte, envió a recoger los huesos de los sepulcros y los quemó en el altar; de este modo profanó, conforme a la palabra del Señor, pronunciada por el hombre de Dios cuando Jeroboán, durante la solemnidad, estaba de pie ante el altar.


Aún estaba hablando con ellos, cuando el rey bajó adonde él estaba y le dijo: 'Esta desgracia procede del Señor. ¿Qué más puedo esperar de él?'.


Grandes y pequeños morirán en este país sin ser sepultados ni llorados; por ellos no se harán cortes en el cuerpo ni se raparán el cabello.


Pero escuchad la palabra del Señor todos los judíos que vivís en Egipto: Yo también juro por mi gran nombre -dice el Señor- que no se pronunciará más mi nombre en Egipto por ningún judío que diga: ¡Vive el Señor Dios!


Los cadáveres de los hombres yacen como estiércol en los campos, como gavillas tras el segador, sin haber quién las recoja'.


En cuanto a vosotros, casa de Israel, esto dice el Señor Dios: ¡Servid, servid, cada uno a vuestros ídolos! Pero más tarde, sí, me escucharéis y no profanaréis más mi santo nombre con vuestras ofrendas y vuestros ídolos;


Di a la casa de Israel: Esto dice el Señor Dios: Mirad, voy a profanar mi santuario, orgullo de vuestra fuerza, delicia de vuestros ojos, amor de vuestras almas. Vuestros hijos y vuestras hijas, que habéis dejado, caerán a espada.


Por eso el prudente calla en este tiempo, porque es tiempo de desgracia.


En aquel día los cánticos del templo se convertirán en aullidos, -dice el Señor, Dios-. Serán muchos los cadáveres; silenciosamente se los arrojará en cualquier lugar.


Aarón tomó el incensario, como había dicho Moisés, y corrió hacia la asamblea. La mortandad ya había empezado a hacer estragos en el pueblo. Puso el incienso, hizo el rito de absolución sobre el pueblo,


todos los valientes se pusieron en marcha, caminaron toda la noche y quitaron el cadáver de Saúl y de sus hijos de la muralla de Betsán, los llevaron a Yabés y allí los quemaron.


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