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2 Reyes 9:26 - Biblia Martin Nieto

26 ¿No he visto ayer la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos? Oráculo del Señor. Pues en esta heredad te daré tu merecido: Oráculo del Señor. Por tanto, agárralo y tíralo a la heredad, conforme a la palabra del Señor'.

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Biblia Reina Valera 1960

26 Que yo he visto ayer la sangre de Nabot, y la sangre de sus hijos, dijo Jehová; y te daré la paga en esta heredad, dijo Jehová. Tómalo pues, ahora, y échalo en la heredad de Nabot, conforme a la palabra de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 “Juro solemnemente, dice el Señor, que en esta misma parcela le daré su merecido por el asesinato que vi ayer de Nabot y de sus hijos”. Así que tírenlo en la propiedad de Nabot, tal como dijo el Señor».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Ayer vi la sangre de Nabot y la sangre de sus hijos, oráculo de Yavé; yo te la haré pagar en este campo. Tómalo pues y tíralo en ese campo, como dijo Yavé'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Oráculo de YHVH: ¿No vi ayer la derramada sangre de Nabot y la sangre de sus hijos? Yo voy a recompensarte por ello en este mismo sitio, dice YHVH. Así que, levántalo y échalo en ese campo, conforme a la palabra de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 '¿Es que yo no vi ayer la sangre de Nabot y la de sus hijos? ¡Oráculo de Yahveh! Pero yo te daré tu merecido en este mismo campo. ¡Oráculo de Yahveh!'. Ahora, pues, llévalo y arrójalo en ese campo, conforme a la palabra de Yahveh'.

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2 Reyes 9:26
12 Tagairtí Cros  

Llegaron luego los dos hombres perversos y, encarándosele, testificaron ante la asamblea de esta suerte: 'Nabot ha maldecido a Dios y al rey'. Entonces lo sacaron fuera de la ciudad y lo mataron a pedradas.


Y añadirás: Esto dice el Señor: En el mismo lugar en que los perros han lamido la sangre de Nabot, lamerán también la tuya'.


Entonces Jorán ordenó: '¡Engancha!'. Le engancharon el carro, y Jorán, rey de Israel, y Ocozías, rey de Judá, salieron cada uno en su propio carro al encuentro de Jehú. Se encontraron con él en la heredad de Nabot, el Yezraelita.


Jehú dijo a Bidcar, su ayudante: 'Agárralo y tíralo en la heredad de Nabot, el yezraelita, porque me acuerdo que cuando tú y yo cabalgábamos enrolados en el séquito de Ajab, su padre, el Señor fulminó contra él esta sentencia:


Al retirarse ellos, Joás quedó en grave estado, sus siervos se conjuraron contra él para vengar la sangre del hijo del sacerdote Yehoyadá, y lo mataron en su cama. Murió, y lo enterraron en la ciudad de David, pero no en el panteón real.


pero no mató a los hijos de los asesinos, conforme lo escrito en el libro de la ley de Moisés: 'Los padres no morirán por la culpa de los hijos, ni los hijos por la culpa de los padres, sino que cada uno morirá por su propio pecado'.


Él, vengador de la sangre, se acuerda de ellos, no olvida el grito de los oprimidos.


No te postrarás ante ella ni le darás culto, porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad del padre en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,


Me diréis: ¿Por qué no carga el hijo con la culpa de su padre? Porque el hijo ha practicado el derecho y la justicia, ha observado todos mis preceptos y los ha puesto en práctica. Por eso vivirá.


Has preparado la deshonra de tu casa; aniquilando a muchos pueblos, has atentado contra tu propia vida.


Los padres no morirán por culpa de sus hijos, ni los hijos por la de sus padres; cada uno morirá por su propio pecado.


No te postrarás ante ellas ni les darás culto, pues yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo las faltas de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian,


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