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2 Reyes 5:22 - Biblia Martin Nieto

22 Respondió: 'Bien. Mi señor me envía a decirte: Acaban de llegar a mí dos muchachos de la montaña de Efraín, de los discípulos de los profetas. Dales, por favor, setenta kilos de plata y dos mudas de vestidos'.

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Biblia Reina Valera 1960

22 Y él dijo: Bien. Mi señor me envía a decirte: He aquí vinieron a mí en esta hora del monte de Efraín dos jóvenes de los hijos de los profetas; te ruego que les des un talento de plata, y dos vestidos nuevos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 —Sí —contestó Giezi—, pero mi amo me mandó a decirle que acaban de llegar dos jóvenes profetas de la zona montañosa de Efraín; y él quisiera treinta y cuatro kilos de plata y dos mudas de ropa para ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Guejazí le respondió: 'No, ninguno, pero mi patrón me encargó que te dijera: Hace un momento dos jóvenes de la montaña de Efraín, de los hermanos profetas, acaban de llegar a mi casa. ¿Podrías darme para ellos un talento de plata y dos trajes para cambiarse?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Y él dijo: Todo bien. Mi señor me ha enviado diciendo: He aquí que en este mismo momento han venido a mí desde la serranía de Efraín dos jóvenes de los hijos de los profetas: Dales, te ruego, un talento de plata y dos mudas de vestidos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Él respondió: 'Todo bien. Pero mi señor me ha enviado a decirte: 'Acaban de llegar a mí dos jóvenes de la montaña de Efraín, de los hijos de los profetas. Por favor, dame para ellos un talento de plata y dos mudas de vestidos''.

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2 Reyes 5:22
21 Tagairtí Cros  

El anciano insistió: 'También yo soy profeta como tú, y un ángel me ha dicho de parte del Señor: Hazle volver contigo a tu casa para que coma pan y beba agua'. Así le engañó.


Un discípulo de los profetas dijo de parte del Señor a un compañero suyo: 'Pégame'. Y como no quiso hacerlo,


Y cuando el rey pasaba, gritó: 'Tu servidor había salido de en medio de la refriega, cuando un hombre se le acercó, me trajo a otro y me dijo: Guarda a este hombre. Si se escapa, tu vida responderá por la suya o pagarás tres mil monedas de plata.


Los discípulos de los profetas de Jericó lo vieron desde el otro lado, y exclamaron: 'El espíritu de Elías se ha posado sobre Eliseo'. Le salieron al encuentro y se prosternaron ante él rostro en tierra.


Los discípulos de los profetas que había en Betel salieron al encuentro de Eliseo y le dijeron: '¿No sabes que el Señor va a llevarse a tu amo por encima de tu cabeza?'. Él contestó: 'También yo lo sé; callad'.


Los discípulos de los profetas de Jericó fueron y dijeron a Eliseo: '¿No sabes que el Señor se va a llevar hoy a tu amo por encima de tu cabeza?'. Él contestó: 'También yo lo sé, callad'.


Cincuenta discípulos de los profetas fueron también y se pararon frente a ellos a cierta distancia, mientras que los dos se detuvieron junto al Jordán.


Sal a su encuentro y pregúntale: ¿Estás bien? ¿Está bien tu marido? ¿Está bien tu hijo?'. Ella respondió: 'Sí, bien'.


Guejazí fue corriendo detrás de Naamán, y Naamán al ver que corría detrás de él, se bajó del carro y le dijo: '¿Va todo bien?'.


Él entró y se presentó a Eliseo. Eliseo le dijo: '¿De dónde vienes?'. Guejazí respondió: 'Tu siervo no ha ido a ninguna parte'.


Y el rey respondió: 'Está bien, anda y lleva una carta mía al rey de Israel'. Partió Naamán llevando consigo unos trescientos cuarenta kilos de plata, seis mil monedas de oro y diez mudas de vestidos.


Porque vuestras manos están manchadas de sangre, y vuestros dedos de perversidad; vuestros labios dicen mentira, vuestras lenguas murmuran falsedad.


Desconfíe cada uno de su prójimo, no os fiéis de un hermano, pues todo hermano estafa y todo amigo siembra calumnias.


¡Fraude sobre fraude! ¡Engaño sobre engaño! No quieren conocerme -dice el Señor-.


Vosotros sois hijos del diablo y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Él fue homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, pues no hay verdad en él. Cuando dice mentira, habla según su propia naturaleza, porque es mentiroso y padre de la mentira.


Después murió Eleazar, hijo de Aarón, y fue sepultado en Guibeá, ciudad de su hijo Fineés, a quien se la habían dado en la montaña de Efraín.


Pero los cobardes, los incrédulos, los depravados, los homicidas, los lujuriosos, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el estanque ardiente de fuego y de azufre: ésta es la segunda muerte'.


Sansón les dijo: 'Os voy a proponer un acertijo. Si lo adivináis dentro de los siete días de la fiesta, os daré treinta piezas de lino fino y treinta vestidos preciosos.


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