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2 Reyes 21:6 - Biblia Martin Nieto

6 Quemó a su hijo, se dio a la magia y a encantamientos, instituyó nigromantes y adivinos, e hizo tantas cosas malas a los ojos del Señor que provocó su indignación.

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Biblia Reina Valera 1960

6 Y pasó a su hijo por fuego, y se dio a observar los tiempos, y fue agorero, e instituyó encantadores y adivinos, multiplicando así el hacer lo malo ante los ojos de Jehová, para provocarlo a ira.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Manasés también sacrificó a su propio hijo en el fuego. Practicó la hechicería, la adivinación y consultó a los médiums y a los videntes. Hizo muchas cosas perversas a los ojos del Señor y con eso provocó su enojo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Ofreció a su hijo como sacrificio en el fuego, practicó la astrología y la magia, instaló brujos y adivinos, y de muchas maneras provocó la cólera de Yavé haciendo lo que es malo a sus ojos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 E hizo pasar por fuego a su hijo, y practicó la adivinación y la magia, y designó adivinadores por espíritus de muertos; y se empeñó en hacer lo malo ante los ojos de YHVH para provocarlo a ira.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Incluso hizo pasar por el fuego a su propio hijo, creyó en los presagios y los encantamientos y consultó a nigromantes y adivinos. Hizo, en fin, de muchas maneras todo lo que es malo a los ojos de Yahveh, provocando así su ira.

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2 Reyes 21:6
23 Tagairtí Cros  

Los habitantes de Sodoma eran unos malvados y grandes pecadores contra el Señor.


sino que siguió el camino de los reyes de Israel, y hasta hizo pasar por el fuego a su hijo, según las prácticas horrorosas de las gentes que el Señor había echado de delante de los israelitas.


Pasaron a sus hijos y a sus hijas por el fuego, practicaron adivinaciones y encantamientos y se entregaron a hacer todo lo que es malo a los ojos del Señor, provocando así su indignación.


Josías exterminó también a los nigromantes, a los adivinos, los fetiches, los ídolos y todos los ídolos repugnantes que se veían en el país de Judá y en Jerusalén, a fin de llevar a efecto las palabras de la ley escritas en el libro que había encontrado el sacerdote Jelcías en el templo del Señor.


Saúl murió por haber sido infiel al Señor: no había observado sus palabras y, además, había preguntado y consultado a una nigromántica.


quemó ofrendas en el valle de Ben Hinnón y hasta hizo pasar por el fuego a su hijo, según las prácticas horrorosas de las gentes que el Señor había echado delante de los israelitas.


Quemó a sus propios hijos en el valle de Ben Hinnón. Se dio a la magia, a la adivinación, al ocultismo, se rodeó de nigromantes y encantadores; hizo tantas cosas malas a los ojos del Señor, que provocó su indignación.


Egipto perderá su cordura; yo desharé sus planes. Consultarán a los ídolos, a los hechiceros, a los nigromantes y a los adivinos.


así yo también me recrearé en su desgracia y haré recaer sobre ellos lo que temen; porque he llamado y nadie ha respondido, he hablado y no han escuchado. Han hecho lo que es malo a mis ojos, han elegido lo que a mí no me agrada.


Y os dirán: Consultad a los espíritus de los adivinos que murmuran y susurran. ¿Un pueblo no debe consultar a sus dioses, y a sus muertos acerca de los vivos


me han abandonado, han enajenado este lugar, han ofrecido en él incienso a dioses extraños que no habían conocido ni ellos ni sus padres ni los reyes de Judá, han llenado este lugar de sangre inocente.


Han construido lugares de culto a Baal para quemar a sus propios hijos en su honor, cosa que yo no había prescrito ni ordenado, ni se me había ocurrido jamás.


Después de haber inmolado a sus hijos ante sus ídolos, entraban aquel mismo día en mi santuario para profanarlo. Esto es lo que han hecho dentro de mi templo.


No darás a tus hijos para ser pasados por el fuego en honor de Moloc profanando el nombre de Dios: yo, el Señor.


No comeréis nada que tenga sangre; no practicaréis la adivinación ni la magia.


No consultaréis a los nigromantes ni recurriréis a los adivinos, si no queréis quedar impuros: yo, el Señor, vuestro Dios.


¿Aceptará el Señor miles de carneros y millones de ríos de aceite? ¿Ofreceré mi primogénito por mi delito, el fruto de mis entrañas por mi propio pecado?


Otra vez, cuando íbamos al lugar de la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía un espíritu adivinador, la cual con sus adivinaciones procuraba a sus amos muchas ganancias.


Lo provocaron con dioses extranjeros, / lo irritaron con acciones horribles.


Me dan celos con un dios que no es dios, / me irritan con dioses ilusorios; / pues yo les daré celos con un pueblo que no es pueblo / y los irritaré con una nación fatua.


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