Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





2 Reyes 2:12 - Biblia Martin Nieto

12 Eliseo le veía y gritaba: '¡Padre mío, padre mío, carro y caballería de Israel!'. Y cuando dejó de verle, agarró sus vestiduras y las rasgó en dos pedazos.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

12 Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Eliseo lo vio y exclamó: «¡Padre mío! ¡Padre mío! ¡Veo los carros de Israel con sus conductores!». Mientras desaparecían de su vista, rasgó su ropa en señal de angustia.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Eliseo lo vio y gritaba: '¡Padre mío! ¡Padre mío! ¡Carro de Israel y su caballería!' Luego no lo vio más. Tomó entonces su ropa y la partió en dos.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío! ¡Carro y auriga de Israel! Y no lo vio más. Entonces tomó sus vestidos y los rasgó en dos pedazos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Eliseo lo veía y gritaba: '¡Padre mío, padre mío, carros y caballería de Israel!' Y ya no lo vio más. Entonces tomó sus vestidos y los rasgó en dos partes.

Féach an chaibidil Cóip




2 Reyes 2:12
28 Tagairtí Cros  

Jacob rasgó sus vestiduras, se puso un saco a la cintura y guardó luto por su hijo durante muchos días.


y siguió los caminos de Dios; después no fue visto más, porque Dios se lo llevó.


Eliseo estaba enfermo de muerte. Joás, rey de Israel, fue a visitarlo; al verlo, se echó a llorar y decía: '¡Padre mío, padre mío, carro y caballería de Israel!'.


Alzó luego el manto de Elías, que se le había caído de encima, se volvió y se detuvo a la orilla del Jordán.


Pero sus criados se le acercaron y le dijeron: 'Padre nuestro, si el profeta te hubiera mandado una cosa difícil, ¿no la habrías hecho? ¡Cuánto más habiéndote dicho: Lávate y quedarás limpio!'.


El rey de Israel, al verlos, dijo a Eliseo: 'Padre mío, ¿los mato?'.


Él salva al inocente; tú serás salvo si tus manos son puras.


Por la bendición de los hombres rectos se eleva una ciudad, la boca de los malvados la destruye.


¿Quién subió a los cielos y después bajó? ¿Quién ha encerrado el viento en sus puños? ¿Quién ató las aguas en su manto? ¿Quién estableció todos los límites de la tierra? ¿Cómo se llama? ¿Cuál es el nombre de su hijo? ¿Lo sabes tú?


La sabiduría da al sabio una fuerza mayor que la de diez gobernadores en una ciudad.


Luego, Ezequías dirigió al Señor esta oración:


Entonces Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: Esto dice el Señor, Dios de Israel: He oído la oración que me has hecho sobre Senaquerib, rey de Asiria;


El Señor, tu Dios, habrá oído las palabras del general que el rey de Asiria, su señor, mandó a insultar al Dios vivo, y el Señor, tu Dios, lo castigará. Eleva, pues, una oración por el resto que aún subsiste'.


Jesús, el Señor, después de haber hablado con ellos, subió al cielo y se sentó a la diestra de Dios.


Cuando los ángeles los dejaron y se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: 'Vamos a Belén y veamos ese acontecimiento que el Señor nos ha anunciado'.


Levantó las manos y los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos y subió al cielo.


Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el hijo del hombre, que está en el cielo.


Dicho esto, lo vieron subir, hasta que una nube lo ocultó a su vista.


'No temas, Pablo; tienes que comparecer ante el césar; y he aquí que Dios te ha concedido la vida de todos los que navegan contigo'.


Unos hombres piadosos enterraron a Esteban e hicieron gran duelo por él.


Por esto gemimos en el estado actual, deseando ardientemente ser revestidos de nuestra morada celestial,


Mientras estamos en esta tienda gemimos oprimidos, ya que no queremos ser desnudados, sino ser revestidos, para que la mortalidad sea absorbida por la vida.


Por eso dice la Escritura: Subió a lo alto llevando presa a la prisión, repartió dones a los hombres.


Y oyeron una voz potente que venía del cielo y que les decía: 'Subid aquí'. Entonces, a la vista de sus enemigos, subieron al cielo en la nube.


Micá le dijo: 'Quédate conmigo y sé para mí un padre y sacerdote; te daré diez monedas de plata al año, de vestir y de comer'.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí