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2 Reyes 19:15 - Biblia Martin Nieto

15 oró así ante él: '¡Señor, Dios de Israel, que estás sentado sobre los querubines! Tú solo eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú has hecho los cielos y la tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Y oró Ezequías delante de Jehová, diciendo: Jehová Dios de Israel, que moras entre los querubines, solo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste el cielo y la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 En presencia del Señor, el rey hizo la siguiente oración: «¡Oh Señor, Dios de Israel, tú estás entronizado entre los poderosos querubines! Solo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra. Solo tú creaste los cielos y la tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 e hizo esta oración: 'Yavé, Dios de Israel, Dios que te sientas sobre los querubines, no hay más Dios que tú en todos los reinos de la tierra; tú hiciste el cielo y la tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Y oró Ezequías delante de YHVH, y dijo: ¡Oh YHVH Dios de Israel, entronizado° sobre querubines! ¡Sólo Tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra! Tú hiciste los cielos y la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Y Ezequías oró así en presencia de Yahveh: '¡Oh Yahveh, Dios de Israel, que moras sobre los querubines! Tú eres el único Dios de todos los reinos de la tierra; tú eres el que ha hecho el cielo y la tierra.

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2 Reyes 19:15
36 Tagairtí Cros  

Al principio Dios creó el cielo y la tierra.


Tal fue el origen del cielo y de la tierra cuando fueron creados. Cuando el Señor hizo el cielo,


Él le preguntó: '¿Cómo te llamas?'. Contestó: 'Jacob'.


y levantó allí un altar que llamó 'Él', Dios de Israel.


El pueblo, al ver esto, cayó rostro en tierra, y exclamó: '¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!'.


dijo: 'Señor, Dios de Israel, no hay Dios semejante a ti, ni arriba en los cielos, ni abajo en la tierra. Tú guardas la alianza y la fidelidad con tus siervos que siguen tus caminos de todo corazón.


Por tanto, Dios nuestro, sálvanos de sus manos, y sepan todos los reinos de la tierra que tú solo, Señor, eres Dios'.


Acto seguido regresó con toda su comitiva adonde el hombre de Dios, y en pie ante él, dijo: 'Reconozco que no hay otro dios en toda la tierra fuera del Dios de Israel. Y ahora, dígnate recibir un regalo de tu siervo'.


David fue con todo Israel a Baalá, cerca de Quiriat Yearín, en Judá, con el fin de trasladar el arca de Dios, llamada 'el Señor todopoderoso, el que se sienta sobre los querubines'.


Yabés invocó al Dios de Israel, diciendo: 'Bendíceme, ensancha mi territorio, ayúdame, aleja de mí el infortunio y pon fin a mi aflicción'. Dios le concedió todo lo que había pedido.


El Señor derrotó a los etíopes ante Asá y Judá. Los etíopes huyeron,


oró así: 'Señor, Dios de nuestros padres, tú eres el Dios de los cielos, tú gobiernas los reinos de la tierra, tú tienes en tu mano la fuerza y el poder; nadie puede resistirte.


El rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amós, oraron y clamaron al cielo.


¡Tú solo, Señor, eres el único! Tú hiciste los cielos, el cielo de los cielos y todas sus estrellas, la tierra y todo cuanto encierra, los mares y todo lo que contienen; a todo ello tú le das la vida, y todos los astros del cielo te adoran.


dije: 'Dios mío, no me lleves en la mitad de mi vida, pues tus años duran la eternidad'.


Tú pusiste al principio los cimientos de la tierra, y los cielos son la obra de tus manos;


que hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que contienen; que guarda lealtad eternamente;


porque él lo dijo, y todo fue hecho; él lo ordenó, y todo existió.


Al maestro de coro. Según 'Lirios son los preceptos'. Salmo de Asaf


Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como un rebaño; tú que te sientas sobre los querubines, resplandece


El Señor es rey, tiemblen las naciones; se sienta sobre querubines, vacile la tierra.


Aquí vendré yo a encontrarme contigo, y desde encima del propiciatorio, entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, te comunicaré todo lo que te ordene respecto a los israelitas'.


Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros y, después de haberla leído, subió al templo del Señor y la desplegó ante el Señor.


Los humillados y los pobres buscan agua y no la hay; su lengua de sed está reseca. Yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.


Vosotros sois mis testigos -dice el Señor- y mis siervos, a quienes yo he elegido, para que me conozcáis y creáis en mí y comprendáis que soy yo; antes de mí no existió ningún dios, y ningún otro existirá después.


Esto dice el Señor, rey de Israel, su redentor, el Señor omnipotente. Yo soy el primero y el último, no hay otro dios fuera de mí.


No os asustéis, no temáis. ¿No os lo di a conocer y os lo anuncié yo hace mucho? Vosotros sois testigos: ¿Hay dios fuera de mí o raza alguna? ¡Yo no lo conozco!


Volveos a mí y os salvaréis, confines todos de la tierra, porque yo soy Dios y nadie más.


'Señor Dios, tú has creado el cielo y la tierra con tu gran fuerza y desplegando tu poder. ¡Nada hay imposible para ti!


El pueblo mandó mensajeros a Silo, y se trajo de allí el arca de la alianza del Señor todopoderoso, que se sienta sobre los querubines. Los dos hijos de Elí, Jofní y Fineés, acompañaban el arca.


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