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2 Reyes 11:18 - Biblia Martin Nieto

18 El pueblo entero fue al templo de Baal y lo destruyeron; hicieron pedazos los altares y sus imágenes, mataron delante de los altares a Matán, sacerdote de Baal. Después, el sacerdote Yehoyadá puso guardias en el templo del Señor

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Biblia Reina Valera 1960

18 Y todo el pueblo de la tierra entró en el templo de Baal, y lo derribaron; asimismo despedazaron enteramente sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán sacerdote de Baal delante de los altares. Y el sacerdote puso guarnición sobre la casa de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Así que toda la gente fue al templo de Baal y entre todos lo destruyeron; demolieron los altares, hicieron pedazos los ídolos y mataron a Matán, el sacerdote de Baal, frente a los altares. El sacerdote Joiada puso guardias en el templo del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Todo el pueblo fue a la casa de Baal y la demolieron, rompieron los altares y las estelas; y a Matán, el sacerdote de Baal, lo mataron delante de los altares. El sacerdote puso guardias a la casa de Yavé,

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y todo el pueblo de la tierra fue al templo de Baal, y lo destruyeron; destrozaron completamente° sus altares y sus imágenes, y mataron a Matán, sacerdote de Baal, ante los altares. Y el sacerdote estableció la vigilancia° para la Casa de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Luego entró todo el pueblo en el templo de Baal y lo demolieron, hicieron añicos sus altares y sus imágenes y mataron ante el altar a Matán, sacerdote de Baal. El sacerdote Joadá montó una guardia en el templo de Yahveh.

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2 Reyes 11:18
24 Tagairtí Cros  

Elías les dijo: 'Prended a los profetas de Baal. Que no escape ni uno solo'. Los prendieron y Elías los llevó al torrente Quisón y los hizo degollar allí.


Jehú envió emisarios por todo Israel, y todos los adoradores de Baal se presentaron; ni uno solo dejó de venir; y entraron en el templo de Baal, que quedó lleno de punta a cabo.


Y cuando el holocausto estuvo terminado, Jehú ordenó a la escolta y a los oficiales: '¡Entrad, matadlos! Que no escape ni uno'. Y los pasaron a espada, y llegaron hasta el lugar más santo del templo de Baal.


Sacaron fuera los cipos sagrados, y los quemaron;


destruyeron también la estatua de Baal y demolieron su templo, convirtiéndolo en un muladar hasta nuestros días.


Suprimió las colinas, hizo pedazos las estelas, arrancó los cipos sagrados y machacó la serpiente de bronce que Moisés había hecho (pues hasta entonces los israelitas le quemaban incienso; la llamaban Nejustán).


Además profanó el Tofet en el valle de Ben Hinnón, para que nadie pasase a su hijo o a su hija por el fuego en honor de Moloc.


Despedazó las estelas, los cipos sagrados y llenó sus lugares de huesos humanos.


Inmoló sobre los altares a todos los sacerdotes de las colinas que había allí, quemó sobre ellos huesos humanos y luego se volvió a Jerusalén.


los cuales fueron contra Judá, la invadieron y se llevaron todo lo que encontraron en el palacio del rey, incluidos mujeres e hijos, menos a Ocozías, el más pequeño de todos.


Fueron destruidos en su presencia los altares de Baal y los cipos que había sobre ellos. Rompió las imágenes de Aserá, los ídolos y las estatuas; los hizo polvo y lo esparció sobre las tumbas de quienes les habían ofrecido sacrificios.


derribó los altares y las imágenes de Aserá; despedazó y pulverizó los ídolos y rompió los cipos en todo el territorio de Israel. Luego regresó a Jerusalén.


Tomó el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta reducirlo a polvo, esparciéndolo en agua, que hizo beber a los israelitas.


Desaparecerán todos los ídolos.


Destruiréis totalmente todos los lugares donde las naciones que vais a desalojar han dado culto a sus dioses; sobre las montañas, sobre los collados y bajo todo árbol frondoso:


destruiréis sus altares, romperéis sus estelas, quemaréis sus cipos sagrados, haréis pedazos las imágenes talladas de sus dioses y sus nombres de esos lugares.


Es reo de muerte, y tu mano sea la primera sobre él, continuando la mano de todo el pueblo su ejecución.


Seguiréis al Señor y le respetaréis, guardaréis sus mandamientos y obedeceréis su voz, le serviréis y viviréis unidos a él.


El profeta y el soñador deberán morir, pues han predicado la rebelión contra el Señor, vuestro Dios, que os sacó de Egipto y os libertó de la casa de la esclavitud, queriendo apartaros del camino por donde el Señor, tu Dios, os ha mandado ir. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.


no le hagas caso ni le escuches, no tengas piedad de él, no le perdones ni encubras su falta.


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