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2 Crónicas 32:25 - Biblia Martin Nieto

25 Pero Ezequías no correspondió al favor recibido, sino que se llenó de soberbia, por lo que la ira del Señor se encendió contra él, contra Judá y contra Jerusalén.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Mas Ezequías no correspondió al bien que le había sido hecho, sino que se enalteció su corazón, y vino la ira contra él, y contra Judá y Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 pero Ezequías no respondió de manera adecuada a la bondad que le había sido mostrada y se volvió orgulloso. Por eso el enojo del Señor vino contra él y contra Judá y Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Sin embargo, Ezequías no correspondió al bien que había recibido, pues se puso orgulloso su corazón, por lo cual la cólera vino sobre él, sobre Judá y Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Pero Ezequías no correspondió al bien que había recibido, sino que su corazón se enalteció, por lo que hubo ira sobre él y sobre Judá y Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Pero no correspondió Ezequías al beneficio recibido, sino que le dominó la soberbia, por lo que la cólera divina se encendió contra él, así como contra Judá y Jerusalén.

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2 Crónicas 32:25
31 Tagairtí Cros  

El Señor montó en cólera de nuevo contra los israelitas y excitó a David contra ellos, diciéndole: 'Vete, haz el censo de Israel y de Judá'.


Como has derrotado a Edón, te has engreído. Goza de tu gloria y quédate en tu casa. ¿Por qué quieres acarrearte la desgracia, para que caigas tú y Judá contigo?'.


Por aquel tiempo, Merodac Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y un presente a Ezequías, al saber que se había curado de su enfermedad.


Ezequías recibió gran contento y mostró a los enviados todo su tesoro, la plata, el oro, los aromas, los ungüentos preciosos, su armería y todo lo que tenía en sus almacenes; no hubo cosa en su palacio o en sus dominios que no se la mostrase.


Satán se levantó contra Israel e indujo a David a hacer el censo de Israel.


El profeta Jehú, hijo de Jananí, le salió al encuentro y le dijo: '¿Ayudas al malvado y amas a los enemigos del Señor para atraer así su ira contra ti?


Abandonaron el templo del Señor, Dios de sus padres, y dieron culto a imágenes de Aserá y a otros ídolos. Esto provocó la cólera divina, que cayó sobre Judá y Jerusalén.


Como has derrotado a Edón, te has engreído. Goza de tu gloria y quédate en tu casa. ¿Por qué quieres acarrearte la desgracia, y que caigas tú y Judá contigo?'.


Al sentirse poderoso, se llenó de soberbia, lo que fue su perdición. Fue infiel al Señor y entró en el templo a ofrecer incienso sobre el altar de los perfumes.


Cuando los príncipes de Babilonia le enviaron una embajada para preguntarle sobre el milagro que había tenido lugar en el país, si Dios le abandonó, fue sólo con el fin de probarlo y conocer el fondo de su corazón.


En aquel tiempo, Merodac Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, mandó cartas y un regalo a Ezequías al enterarse de su enfermedad y de su curación.


Ezequías se alegró mucho y enseñó a los mensajeros su tesoro, la plata, el oro, los aromas, el aceite exquisito, así como su arsenal y lo que había en sus almacenes; nada quedó que Ezequías no les enseñara en su palacio y en sus posesiones.


Tu belleza te llenó de orgullo. Tu esplendor te hizo perder tu sabiduría. Yo te derribé por tierra y te di en espectáculo a los reyes.


'Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Esto dice el Señor Dios: Tu corazón se ha enorgullecido y has dicho: Un dios soy yo, en la morada de un dios habito, en medio del mar. Tú, que eres un hombre y no un dios, has equiparado tu corazón al corazón de Dios.


por tu gran habilidad en el comercio has aumentado tus riquezas, y tu corazón se ha engreído por tu opulencia.


Pues bien, esto dice el Señor Dios: Por haberse estirado en su altura levantando su copa hasta las nubes, y haberse engreído su corazón por su grandeza,


Después de aniquilar a este ejército, el rey del sur se inflará de soberbia, aplastará aún a millares de hombres, pero no durará su fuerza.


Pero tan pronto como se ensoberbeció su corazón y su espíritu se obstinó en el orgullo, fue depuesto de su trono real y se le quitó su gloria.


más aún, te has levantado contra el Señor del cielo: has mandado traer las copas de su templo, y tú, tus dignatarios, tus mujeres y tus concubinas habéis bebido vino en ellas. Has celebrado a los dioses de oro y plata, de bronce, hierro, madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni entienden, pero no has glorificado al Dios que tiene en sus manos tu propio aliento y todos tus caminos.


Israel, vuelve al Señor, tu Dios, porque por tu culpa te ha hecho caer.


El que no es justo sucumbirá, pero el justo por su fidelidad vivirá.


Y para que no sea orgulloso por la sublimidad de las revelaciones, me han clavado una espina en el cuerpo, un ángel de Satanás, que me abofetea para que no me haga un soberbio.


¿Así pagáis al Señor, / pueblo insensato y necio? / ¿No es él tu padre y tu creador? / ¿No es él el que te hizo y te constituyó?


Guárdate de decir en tu corazón: Mi fuerza y el poder de mis manos han hecho todo esto.


Que no sea recién convertido, para que no le seduzca el orgullo y venga a caer en la condenación del diablo.


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