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2 Crónicas 15:2 - Biblia Martin Nieto

2 salió al encuentro de Asá y le dijo: 'Óyeme, Asá, y escuchadme todos los de Judá y Benjamín. El Señor está con vosotros porque vosotros estáis con él. Cuando vosotros le buscáis, él se deja encontrar por vosotros; pero si lo abandonáis, él se aleja.

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Biblia Reina Valera 1960

2 y salió al encuentro de Asa, y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, él también os dejará.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 y salió al encuentro del rey Asa cuando este volvía de la batalla. «¡Escúcheme, Asa! —le gritó—. ¡Escuchen, todos ustedes de Judá y de Benjamín! ¡El Señor permanecerá con ustedes mientras ustedes permanezcan con él! Cada vez que lo busquen, lo encontrarán; pero si lo abandonan, él los abandonará a ustedes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 el cual salió al encuentro de Asá y le dijo: '¡Escúchenme ustedes, Asá y toda la gente de Judá y Benjamín! Yavé estará con ustedes mientras ustedes estén con él; si ustedes lo buscan, él se dejará hallar, pero si ustedes lo abandonan, él los abandonará a ustedes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 quien salió al encuentro de Asa y le dijo: Oídme, Asa y todo Judá y Benjamín: YHVH está con vosotros mientras vosotros estéis con Él. Si lo buscáis, Él se dejará hallar por vosotros, pero si lo abandonáis, Él os abandonará.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 salió al encuentro de Asá y le dijo: '¡Oídme, Asá y todo Judá y Benjamín! Yahveh estará con vosotros mientras vosotros estéis con él. Si lo buscáis, él se dejará hallar de vosotros; pero si lo abandonáis, él os abandonará.

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2 Crónicas 15:2
56 Tagairtí Cros  

fue enemigo de Israel durante todo el reinado de Salomón. Hadad reinó en Edón y fue también enemigo de Salomón.


Elías replicó: 'Yo no soy portador de desdichas de Israel; lo eres tú y la casa de tu padre, por haber abandonado los mandamientos del Señor y haber dado culto a los baales.


Rechazaré el resto de mi heredad y lo entregaré en manos de sus enemigos, para que sean botín y despojo de sus adversarios;


Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, sírvele con todo tu corazón, con ánimo bien dispuesto, porque el Señor escudriña los corazones de todos y penetra sus más secretos pensamientos. Si tú lo buscas, él se dejará encontrar; pero si tú lo abandonas, él se retirará para siempre.


Las armó asimismo de escudos y lanzas con el fin de hacerlas lo más fuertes posible y poder mantener su dominio en Judá y Benjamín.


El profeta Semayas se presentó a Roboán y a los jefes de Judá, que ante el avance de Sesac se habían refugiado en Jerusalén, y les dijo: 'Esto dice el Señor: Vosotros me habéis abandonado a mí, y yo a mi vez os he abandonado en manos de Sesac'.


Traemos con nosotros a Dios a la cabeza; darán con las trompetas el toque de guerra contra vosotros. ¡Israelitas, no luchéis contra el Señor, el Dios de vuestros padres, pues no os saldrá bien!'.


Abías, de pie sobre el monte Semaráyim, en las montañas de Efraín, gritó: 'Jeroboán, israelitas todos, escuchadme.


Todo Judá estaba contento por el juramento que acababan de hacer con todo el corazón; con toda su buena voluntad habían buscado al Señor, y él se había dejado encontrar por ellos, y les había concedido la paz en todas sus fronteras.


pero en medio de su angustia se convertirá al Señor, Dios de Israel. Lo buscarán, y él se dejará encontrar por ellos.


dijo: 'Atención, habitantes de Judá y de Jerusalén, y tú, oh rey Josafat. Esto os dice el Señor: No temáis ni os asustéis ante esta ingente multitud, porque la batalla no es cosa vuestra, sino de Dios.


Vosotros no tenéis necesidad de luchar; deteneos, estaos quietos y veréis la victoria que os da el Señor. Judá y Jerusalén, no temáis ni os asustéis; salid mañana a su encuentro, y el Señor estará con vosotros'.


Se levantaron de madrugada y salieron hacia el desierto de Técoa. Cuando salían, Josafat se adelantó y dijo: 'Escuchadme, habitantes de Judá y de Jerusalén. Tened confianza en el Señor, Dios nuestro, y estaréis seguros; tened fe en sus profetas, y triunfaréis'.


Zacarías, hijo del sacerdote Yehoyadá, poseído del espíritu de Dios se presentó ante el pueblo y dijo: 'Esto dice Dios: ¿Por qué quebrantáis los mandamientos del Señor? No triunfaréis, pues si vosotros abandonáis al Señor, él os abandonará a vosotros'.


Buscó a Dios mientras vivió Zacarías, que lo había educado en el temor de Dios; y, mientras buscó al Señor, Dios le hizo triunfar.


Con él no hay más que brazos de carne; con nosotros está el Señor, nuestro Dios, pronto a socorrernos y combatir nuestros combates'. El pueblo cobró ánimo con las palabras de Ezequías, rey de Judá.


Entonces el Señor hizo venir contra ellos a los jefes del ejército del rey de Asiria, los cuales apresaron a Manasés con grillos y, cargado de cadenas, lo condujeron a Babel.


En medio de su angustia imploró al Señor, su Dios, y se humilló profundamente delante del Dios de sus padres.


El año octavo de su reinado, siendo joven todavía, comenzó a buscar al Dios de su padre David, y en el año doce se puso a limpiar a Judá y a Jerusalén de las colinas, de las imágenes de Aserá, de los ídolos y de las estatuas.


Pues me había avergonzado de solicitar del rey tropa y gente de a caballo para protegernos de eventuales enemigos durante el viaje, después de haber hablado al rey en estos términos: 'La mano de nuestro Dios se extiende para bendecir a todos los que lo buscan; su poder y su furor caen sobre todos los que lo abandonan'.


alabad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos su nombre todos juntos.


El insensato dice en su corazón: 'Dios no existe'. Todos se han pervertido, todos obran mal, no hay quien obre bien.


No he hablado en secreto, en un rincón tenebroso de la tierra; no he dicho a la raza de Jacob: ¡Buscadme en el vacío! Yo, el Señor, predico la justicia y anuncio el derecho.


Escuchadme, vosotros, los que vais en pos de la justicia, los que buscáis al Señor; mirad la roca de la que fuisteis tallados, la cavidad de la que fuisteis extraídos.


Isaías dijo: Escuchad, pues, casa de David: ¿os parece poco cansar a los hombres, para que queráis también cansar a mi Dios?


¿No te ha sucedido esto por haber abandonado al Señor tu Dios, cuando él te guiaba por el camino?


Buscad el bien y no el mal, a fin de que viváis; así el Señor Dios omnipotente estará con vosotros, como decís.


Les dirás: Volved a mí, palabra del Señor todopoderoso, y yo me volveré a vosotros, dice el Señor todopoderoso.


No subáis, pues el Señor no os acompaña y seríais derrotados por vuestros enemigos.


Los amalecitas y los cananeos están ahí, enfrente de vosotros, y caeréis bajo sus espadas, puesto que os habéis alejado del Señor; él no estará con vosotros'.


¡El que tenga oídos que oiga!'.


Cuando salgas a hacer la guerra contra tus enemigos y veas los caballos y los carros de un pueblo más numeroso que tú, no tengas miedo de ello, pues el Señor, tu Dios, está contigo, el mismo que te sacó de Egipto.


Pero aquel día montaré en cólera contra él, lo abandonaré y me esconderé de él. Un cúmulo de males y desgracias lo asaltará para devorarlo. Entonces dirá: Mi Dios ya no está conmigo; por eso me ocurren estas desgracias.


Allí buscarás al Señor, tu Dios, y le hallarás si le buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.


Mi justo vivirá por la fe; pero si se acobarda, dejará de agradarme.


Cuidado con no escuchar al que os habla; pues si aquéllos, por no escuchar al que promulgaba oráculos en la tierra no escaparon al castigo, ¡con cuánta mayor razón no escaparemos nosotros si volvemos la espalda a aquel que habla desde el cielo!


acercaos a Dios, y se acercará a vosotros; lavaos las manos, pecadores, purificad vuestros corazones, gentes de alma doble, y reconoced vuestra miseria; llorad y clamad;


Y Fineés, hijo del sacerdote Eleazar, dijo a los de Rubén, a los de Gad y a los de Manasés: 'Ahora reconocemos que el Señor está en medio de vosotros, porque no habéis cometido semejante infidelidad contra el Señor y habéis librado a los israelitas de la mano del Señor'.


Si abandonáis al Señor para servir a dioses extraños, él se volverá contra vosotros y, después de haberos hecho tanto bien, os hará el mal y os exterminará'.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. El vencedor no será víctima de la segunda muerte.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré el maná escondido y una piedra blanca, y en la piedra escribiré un nombre nuevo, que sólo conoce el que la recibe.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.


Pero vosotros me abandonasteis para adorar a otros dioses. Por eso no os salvaré ya más.


Cuando Jotán lo supo, fue a situarse en la cumbre del monte Garizín, levantó su voz y dijo: '¡Oídme, nobles de Siquén, y que Dios os escuche!


Si respetáis al Señor y le servís, si le obedecéis y no os rebeláis contra sus preceptos, si vosotros y el rey que os gobierna seguís al Señor, viviréis;


pero si no le obedecéis y os rebeláis contra sus preceptos, la mano del Señor descargará sobre vosotros y sobre vuestro rey.


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