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2 Crónicas 15:16 - Biblia Martin Nieto

16 El rey Asá quitó la dignidad de reina a su madre Maacá, porque había hecho una imagen de Aserá; Asá destruyó la imagen y la quemó en el torrente Cedrón.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Y aun a Maaca madre del rey Asa, él mismo la depuso de su dignidad, porque había hecho una imagen de Asera; y Asa destruyó la imagen, y la desmenuzó, y la quemó junto al torrente de Cedrón.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 El rey Asa quitó a su abuela Maaca de su puesto de reina madre, porque ella había hecho un poste obsceno dedicado a la diosa Asera. Derribó el poste obsceno, lo hizo pedazos y lo quemó en el valle de Cedrón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 El rey Asá llegó a quitar a Maacá, su madre, el título de Gran Dama, porque había hecho un Horror para Aserá. Asá destruyó este Horror, lo hizo pedazos y lo quemó en el torrente Cedrón.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Y el rey Asa depuso a su propia madre Maaca de su dignidad real, porque había hecho una imagen abominable para Asera,° y Asa taló el ídolo abominable, lo desmenuzó y lo quemó junto al torrente Cedrón.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Incluso a Maacá, madre de Asá, la despojó el rey de su dignidad de reina madre, porque había fabricado para aserá un ídolo abominable. Asá derribó el ídolo, lo hizo pedazos y lo quemó en el torrente Cedrón.

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2 Crónicas 15:16
26 Tagairtí Cros  

Reinó en Jerusalén cuarenta y un años. Su abuela, hija de Absalón, se llamaba Macá.


Reinó tres años en Jerusalén. Su madre, hija de Absalón, se llamaba Macá.


Destruyó los altares que había sobre el terrado de la estancia superior de Acaz, construidos por los reyes de Judá, y los altares que Manasés había levantado en los dos atrios del templo del Señor; los hizo allí pedazos y arrojó el polvo al torrente Cedrón.


Destruyó el altar que había en Betel, y el santuario que había construido Jeroboán, hijo de Nabat, el que había inducido a Israel a pecar; hizo pedazos sus piedras, reduciéndolas a polvo, y quemó el cipo sagrado.


El rey ordenó al sumo sacerdote Jelcías, al sacerdote segundo y a los guardianes de la puerta sacar fuera del templo del Señor todos los utensilios del culto de Baal, de Aserá y de los astros del cielo; los quemó a las afueras de Jerusalén en los campos del Cedrón y llevó sus cenizas a Betel.


Sacó del templo del Señor la imagen de Aserá, la quemó a las afueras de Jerusalén, junto al torrente Cedrón, y tiró sus cenizas en la fosa común.


En cambio, no se quitaron las colinas, aunque Asá fue siempre fiel al Señor.


Entraron los sacerdotes en el interior del templo para purificarlo, y sacaron fuera, al atrio del templo del Señor, todas las cosas impuras que encontraron dentro del templo, y los levitas las tiraron al torrente Cedrón.


Destruyeron los altares que había en Jerusalén para los sacrificios y para el incienso y los tiraron al torrente Cedrón.


derribó los altares y las imágenes de Aserá; despedazó y pulverizó los ídolos y rompió los cipos en todo el territorio de Israel. Luego regresó a Jerusalén.


Tomó el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta reducirlo a polvo, esparciéndolo en agua, que hizo beber a los israelitas.


Antes bien, destruid sus altares, romped sus estelas, destrozad sus cipos.


Destruiré vuestras colinas idolátricas, destrozaré los altares de vuestros perfumes, amontonaré vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos y os aborreceré.


Y si alguno vuelve a profetizar, su propio padre y su propia madre le dirán: 'Tú no debes vivir, pues has dicho mentira en nombre del Señor'. Y mientras esté profetizando, sus mismos padres lo atravesarán.


Los suyos, al enterarse, salieron para llevárselo con ellos, pues decían que estaba loco.


Dicho esto, Jesús se fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, y entraron en un huerto.


Así que en adelante a nadie conoceremos a lo humano; y si un tiempo conocimos a Cristo a lo humano, ahora ya no lo conocemos así.


El que dijo a su padre y a su madre: / No los he visto. / El que no reconoció a sus hermanos / e ignoró a sus hijos. / Sí, han guardado tu palabra, / han observado tu alianza.


Ésta será vuestra conducta con ellos: derribaréis sus altares, romperéis sus estelas, abatiréis sus cipos y quemaréis sus ídolos.


Tomé entonces el becerro que os habíais hecho, que era causa de vuestro pecado, lo eché al fuego y, moliéndolo bien hasta reducirlo a polvo, lo tiré al agua del torrente que bajaba de la montaña.


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