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2 Corintios 12:21 - Biblia Martin Nieto

21 y que, cuando llegue, me humille mi Dios por causa vuestra y tenga que llorar por muchos que antes pecaron y no se han arrepentido de la impureza, de la lujuria y el desenfreno a que se entregaron.

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Biblia Reina Valera 1960

21 que cuando vuelva, me humille Dios entre vosotros, y quizá tenga que llorar por muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y lascivia que han cometido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

21 Así es, tengo miedo de que, cuando vaya de nuevo, Dios me humille ante ustedes. Y quedaré entristecido porque varios de ustedes no han abandonado sus viejos pecados. No se han arrepentido de su impureza, de su inmoralidad sexual ni del intenso deseo por los placeres sensuales.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

21 Temo que en esa visita mi Dios me humille otra vez ante ustedes y tenga que lamentarme por muchos que anteriormente vivieron en el pecado, al ver que no han dejado aún las impurezas, la mala conducta y los horrores que cometían entonces.

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La Biblia Textual 3a Edicion

21 que viniendo de nuevo, me humille mi Dios ante vosotros, y tenga yo que llorar por muchos de los que habían pecado anteriormente, y no se arrepintieron de la impureza, fornicación e indecencia que han practicado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

21 y que, al llegar yo de nuevo, me humille mi Dios ante vosotros, y tenga que llorar por muchos de los que antes pecaron y no se convirtieron de la impureza, fornicación y libertinaje que cometieron.

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2 Corintios 12:21
37 Tagairtí Cros  

Mientras Esdras oraba y hacía esta confesión llorando y postrado ante el templo de Dios, se congregó junto a él una gran multitud de israelitas, mujeres y niños; todos lloraban amargamente.


Al oír esto, rasgué mis vestiduras y mi manto, me rasuré los pelos de la cabeza y la barba y me senté abrumado.


ríos de lágrimas caen de mis ojos porque tu ley no se observa.


Moisés volvió al Señor y dijo: '¡Ay! Este pueblo ha cometido un gran pecado. Se han fabricado un dios de oro.


Si no escucháis este aviso, mi alma llorará en secreto por vuestro orgullo; llorará sin descanso y mis ojos derramarán lágrimas, porque el rebaño del Señor es conducido al cautiverio.


¡Quién me brindara en el desierto un albergue de ambulantes! Abandonaría entonces a mi pueblo; me alejaría de él, porque son todos adúlteros, una pandilla de traidores.


Comportémonos decentemente, como en pleno día; nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de peleas ni envidias;


Tengo una tristeza inmensa y un profundo y continuo dolor.


Es cosa pública entre vosotros la deshonestidad, y tal deshonestidad que no se encuentra ni entre los paganos, hasta el punto de convivir uno con la mujer de su padre.


y dispuestos a castigar cualquier desobediencia, una vez que vuestra obediencia sea perfecta.


Y para que no sea orgulloso por la sublimidad de las revelaciones, me han clavado una espina en el cuerpo, un ángel de Satanás, que me abofetea para que no me haga un soberbio.


Lo dije entonces, en mi segunda visita, y lo vuelvo a decir ahora, lejos de vosotros, a los que pecaron antes, como a todos los demás; cuando vuelva no andaré con miramientos,


Dadle pruebas de vuestro amor y demostradle ante las iglesias que tengo razón fundada para sentirme orgulloso de vosotros.


Ahora bien, las obras de la carne son bien claras: lujuria, impureza, desenfreno,


Yo bajé de la montaña, que estaba en llamas, trayendo en mis manos las dos tablas de la alianza.


Yo me postré ante el Señor y así permanecí los cuarenta días y las cuarenta noches, pues el Señor pensaba destruiros.


Por tanto, destruid todo lo que hay de terrenal en vuestro cuerpo: la lujuria, la impureza, las pasiones, los apetitos desordenados y la avaricia que es una idolatría;


Que el matrimonio sea tenido en gran honor y el lecho conyugal esté sin mancha, porque Dios juzgará a los lujuriosos y a los adúlteros.


Con sus discursos pomposos y vacíos despiertan los deseos carnales y el desenfreno de aquellos que apenas habían logrado escapar de los que viven en el error.


a unos salvadlos, arrancadlos del fuego; a otros, tenedlos compasión, pero con cuidado, aborreciendo hasta la túnica manchada por su cuerpo.


como a Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, que, al igual que aquéllas, se dedicaron a la lujuria y la homosexualidad y quedaron como ejemplo, sujetas a la pena del fuego eterno.


Pero los cobardes, los incrédulos, los depravados, los homicidas, los lujuriosos, los hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su herencia en el estanque ardiente de fuego y de azufre: ésta es la segunda muerte'.


Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los homicidas, los idólatras y todos los que aman y practican la mentira.


El que afirma estas cosas dice: 'Sí, yo voy a llegar en seguida'. Amén. ¡Ven, Señor Jesús!


Samuel no volvió a ver a Saúl hasta el día de su muerte. Samuel lloraba por Saúl porque el Señor se había arrepentido de haber hecho a Saúl rey de Israel.


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