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1 Samuel 31:7 - Biblia Martin Nieto

7 Cuando los israelitas del otro lado del valle y de la Transjordania vieron que los israelitas habían huido y que Saúl y sus tres hijos habían muerto, abandonaron también ellos sus ciudades y se dieron a la fuga. Los filisteos vinieron y se establecieron en ellas.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Y los de Israel que eran del otro lado del valle, y del otro lado del Jordán, viendo que Israel había huido y que Saúl y sus hijos habían sido muertos, dejaron las ciudades y huyeron; y los filisteos vinieron y habitaron en ellas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Cuando los israelitas que se encontraban al otro lado del valle de Jezreel y más allá del Jordán vieron que el ejército israelita había huido y que Saúl y sus hijos estaban muertos, abandonaron sus ciudades y huyeron. Entonces los filisteos entraron y ocuparon sus ciudades.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Cuando se supo que los israelitas habían huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, los israelitas que estaban al otro lado de la llanura y los que estaban a este lado del Jordán abandonaron sus ciudades y huyeron. Llegaron allí los filisteos y se instalaron en su lugar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y cuando los hombres de Israel que estaban a lo largo del valle, al otro lado del Jordán, vieron que los de Israel habían huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las ciudades y huyeron. Entonces fueron los filisteos y habitaron en ellas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Cuando los hombres de Israel que estaban al otro lado del valle y más allá del Jordán se dieron cuenta de que los israelitas habían huido y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las ciudades y huyeron. Llegaron luego los filisteos y se instalaron en ellas.

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1 Samuel 31:7
8 Tagairtí Cros  

Yo mismo arrasaré la tierra, y hasta vuestros enemigos se quedarán estupefactos cuando vengan a habitarla.


A vuestros supervivientes les infundiré tal espanto en sus corazones cuando se encuentren en la tierra de sus enemigos, que el movimiento de una hoja los espantará, los hará huir, como se huye delante de la espada, y caerán sin que nadie los persiga.


Un pueblo desconocido para ti comerá las cosechas de tu tierra y el fruto de todas tus fatigas, mientras tú serás siempre oprimido y aplastado.


La mano de Madián pesó fuertemente sobre Israel. Para escapar de Madián, los israelitas se sirvieron de las cuevas, cavernas y refugios de los montes.


Los israelitas se vieron en las últimas, pues estaban cercados, y el pueblo se escondió en las grutas, en las cavernas, entre las rocas, en subterráneos y en cisternas;


algunos pasaron, atravesando el Jordán, al país de Gad y de Galaad. Saúl estaba todavía en Guilgal, y todo el pueblo que le seguía estaba lleno de miedo.


Y así murieron juntos el mismo día Saúl, sus tres hijos y su escudero.


Al día siguiente, los filisteos fueron a despojar a los caídos y encontraron a Saúl y a sus tres hijos en el monte Gelboé.


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