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1 Reyes 18:40 - Biblia Martin Nieto

40 Elías les dijo: 'Prended a los profetas de Baal. Que no escape ni uno solo'. Los prendieron y Elías los llevó al torrente Quisón y los hizo degollar allí.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

40 Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

40 Entonces Elías ordenó: «Atrapen a todos los profetas de Baal. ¡No dejen que escape ninguno!». Entonces los agarraron a todos, y Elías los llevó al valle de Cisón y allí los mató.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

40 Entonces Elías les dijo: '¡Detengan a los profetas de Baal, que no escape ninguno!' Los apresaron; Elías mandó que los bajaran al torrente Cisón y allí los degolló.

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La Biblia Textual 3a Edicion

40 Y Elías les dijo: ¡Prended a los profetas de Baal! ¡Que ninguno escape! Y los prendieron, y Elías bajó con ellos al arroyo de Cisón, y allí los degolló.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

40 Ordenó entonces Elías: 'Prended a los profetas de Baal, que no escape ni uno'. Los prendieron y Elías los hizo bajar al torrente Quisón y allí los degolló.

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1 Reyes 18:40
17 Tagairtí Cros  

Luego Elías dijo a Ajab: 'Sube, come y bebe, porque ya se percibe el ruido de lluvia torrencial'.


Ajab contó a Jezabel lo que Elías había hecho y cómo había degollado a espada a todos los profetas de Baal.


El pueblo entero fue al templo de Baal y lo destruyeron; hicieron pedazos los altares y sus imágenes, mataron delante de los altares a Matán, sacerdote de Baal. Después, el sacerdote Yehoyadá puso guardias en el templo del Señor


La echaron y, al pasar por la puerta de las caballerizas en el palacio real, la mataron.


El pueblo entero fue al templo de Baal y lo destruyeron: hicieron pedazos los altares y sus imágenes, y mataron delante de los altares a Matán, sacerdote de Baal.


No explotarás ni oprimirás al extranjero, porque también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto.


¡Maldito aquel que hace la obra del Señor con negligencia! ¡Maldito el que retira su espada de la sangre!


Seguiréis al Señor y le respetaréis, guardaréis sus mandamientos y obedeceréis su voz, le serviréis y viviréis unidos a él.


El profeta y el soñador deberán morir, pues han predicado la rebelión contra el Señor, vuestro Dios, que os sacó de Egipto y os libertó de la casa de la esclavitud, queriendo apartaros del camino por donde el Señor, tu Dios, os ha mandado ir. Así harás desaparecer el mal de en medio de ti.


Pero el profeta que tenga la osadía de anunciar en mi nombre lo que yo no le haya ordenado decir o hable en nombre de otros dioses, ese profeta morirá.


Pero la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta, que con sus prodigios ante la otra bestia había seducido a los que llevaban la marca de la bestia y habían adorado su estatua. Y fueron arrojadas vivas las dos a un estanque de fuego, de azufre ardiente.


El diablo, que lo seducía, fue arrojado al estanque de fuego y de azufre, donde están la bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.


reunió sus novecientos carros de hierro, y todas las tropas que tenía, desde Jaróset Goyín al arroyo Quisón.


Yo te traeré allí, al torrente Quisón, a Sísara, el jefe del ejército de Yabín, con sus carros y sus tropas, y lo entregaré en tus manos'.


El arroyo Quisón los arrastró, arroyo sagrado el arroyo Quisón, los barrió con violencia.


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