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1 Reyes 18:39 - Biblia Martin Nieto

39 El pueblo, al ver esto, cayó rostro en tierra, y exclamó: '¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!'.

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Biblia Reina Valera 1960

39 Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 Cuando la gente vio esto, todos cayeron rostro en tierra y exclamaron: «¡El Señor, él es Dios! ¡Sí, el Señor es Dios!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Al ver esto, todo el pueblo se echó con el rostro en tierra, gritando: '¡Yavé es Dios! ¡Yavé es Dios!'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Al verlo, toda la gente cayó sobre su rostro, y dijo: ¡YHVH es Ha-’Elohim! ¡YHVH es Ha-’Elohim!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39 Al presenciar esto todo el pueblo, todos cayeron rostro en tierra y exclamaron: '¡Yahveh es Dios, Yahveh es Dios!'.

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1 Reyes 18:39
19 Tagairtí Cros  

Elías se presentó al pueblo y dijo: '¿Hasta cuándo andaréis cojeando de las dos piernas? Si el Señor es Dios, seguidle; y si lo es Baal, seguidle a él'. Pero el pueblo no respondió palabra.


Que invoquen ellos el nombre de sus dioses y yo invocaré el nombre del Señor. El dios que responda enviando fuego, ése será el verdadero Dios'. El pueblo respondió: '¡Está muy bien!'.


Un profeta se acercó a Ajab, rey de Israel, y dijo: 'Esto dice el Señor: ¿Ves toda esa inmensa multitud? Pues mira, yo la voy a poner hoy en tus manos para que sepas que yo soy el Señor'.


para que reconozcan todos los pueblos de la tierra que el Señor es Dios y que fuera de él no hay otro.


David levantó los ojos y vio al ángel del Señor que estaba entre la tierra y el cielo, con la espada desenvainada en su mano y vuelta hacia Jerusalén. El rey y los ancianos, vestidos de saco, cayeron con sus rostros en tierra,


Suplicó al Señor, y el Señor lo atendió, escuchó su oración y lo reintegró a su reino de Jerusalén. Manasés reconoció que el Señor era el auténtico Dios.


Todos los israelitas, al ver descender el fuego y reposar sobre el templo la gloria del Señor, cayeron rostro a tierra sobre el pavimento, mientras adoraban y alababan al Señor repitiendo: 'Porque es bueno, porque es eterno su amor'.


El que de vosotros pertenezca a su pueblo, que su Dios lo ayude y que vaya a Jerusalén, en Judá, a construir el templo del Señor, Dios de Israel, el Dios que está en Jerusalén.


Reconoced que el Señor es Dios: él nos ha hecho y somos suyos, su pueblo, las ovejas que él guarda.


El Señor es Dios, él nos ilumina; ordenad la procesión con ramos en las manos hasta los ángulos del altar.


'Escucha, pueblo mío, voy a hablarte; Israel, voy a declarar en contra tuya, yo, Dios, tu Dios.


¿Quién defenderá mi causa contra los criminales, quién estará de mi parte contra los delincuentes?


'Yo soy el Señor, tu Dios, el que te sacó de Egipto, de la casa de la esclavitud.


Diles: Esto dice el Señor Dios: El día que yo elegí a Israel alcé mi mano por la estirpe de la casa de Jacob, me manifesté a ellos en la tierra de Egipto y les juré diciendo: Yo, el Señor, soy vuestro Dios.


una llama que salía de la presencia del Señor consumió el holocausto y las grasas sobre el altar. Ante esta visión, todo el pueblo lanzó gritos de alegría y cayeron rostro en tierra.


Juan era la antorcha que arde y luce, y vosotros quisisteis recrearos con su luz por un momento.


Al oírle, se conmovieron profundamente y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: '¿Qué debemos hacer, hermanos?'.


preguntándose: '¿Qué haremos con estos hombres? Porque ciertamente han hecho un milagro notorio y manifiesto a todos los habitantes de Jerusalén, y no podemos negarlo.


Cuando subía la llama del altar hacia el cielo, el ángel del Señor subió en la misma llama a la vista de Manóaj y de su mujer, que cayeron rostro en tierra.


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