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1 Reyes 17:1 - Biblia Martin Nieto

1 Elías, el tesbita, de Tisbé, en Galaad, dijo a Ajab: '¡Vive el Señor, Dios de Israel, a cuyo servicio estoy!: en estos dos años no habrá lluvia ni rocío, mientras yo no lo diga'.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Ahora bien, Elías, quien era de Tisbé en Galaad, le dijo al rey Acab: «Tan cierto como que el Señor vive, el Dios de Israel —a quien sirvo—, no habrá rocío ni lluvia durante los próximos años, ¡hasta que yo dé la orden!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Elías, que era de Tisbé de Galaad, fue a decir a Ajab: 'Tan cierto como que vive Yavé, Dios de Israel, a quien sirvo, que no habrá estos años ni rocío ni lluvia, a menos que yo lo ordene'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: ¡Vive YHVH, Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá rocío ni lluvia en estos años, sino por mi palabra!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Elías, el tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: '¡Vive Yahveh, Dios de Israel, a quien sirvo, que en estos años no ha de haber rocío ni lluvia, sino por orden mía'.

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1 Reyes 17:1
41 Tagairtí Cros  

Ella entonces replicó: '¡Vive el Señor, tu Dios!, que no tengo una sola torta; sólo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en la orza. Estaba recogiendo esta leña para prepararlo para mí y mi hijo, comérnoslo y luego morir'.


Después de mucho tiempo, a los tres años, el Señor dijo a Elías: 'Anda, preséntate a Ajab, pues quiero hacer llover sobre la faz de la tierra'.


¡Vive el Señor, tu Dios!, que no hay pueblo ni reino donde mi amo no haya mandado a buscarte, y cuando se respondía que no estabas allí, hacía jurar a aquel reino o pueblo que no te había encontrado;


Elías respondió: '¡Vive el Señor todopoderoso, a cuyo servicio estoy!, que hoy me presentaré a él'.


Miqueas respondió: '¡Vive el Señor, que diré lo que el Señor me mande!'.


Cuando se cierre el cielo y no haya lluvia por haber pecado contra ti, si rezan en este lugar, te confiesan su pecado y se arrepienten a causa de tu castigo,


Entonces el ángel del Señor dijo a Elías, el tesbita: 'Anda al encuentro de los mensajeros del rey de Samaría y diles: ¿Es que no hay Dios en Israel, para que vayáis a consultar a Belcebú, dios de Ecrón?


Eliseo dijo: 'Vive el Señor todopoderoso, a quien adoro, que si no fuese en atención a Josafat, rey de Judá, no te haría caso ni te miraría.


Eliseo regresó a Guilgal. En el país había carestía. Y estando un día con él los discípulos de los profetas, dijo a su siervo: 'Pon la olla grande y cuece unas viandas para los discípulos de los profetas'.


Pero Eliseo replicó: '¡Vive el Señor, a cuyo servicio estoy, que no tomaré nada!'. Y por más que insistió para hacérselo aceptar, lo rehusó.


cuando Guejazí, el criado de Eliseo, el hombre de Dios, se dijo: 'Es claro que mi amo ha sido demasiado condescendiente con este sirio Naamán, hasta el punto de no aceptar de su mano lo que le había traído. ¡Vive el Señor, que voy tras él y consigo de él alguna cosa!'.


Recibió un escrito del profeta Elías, que le decía: 'Esto dice el Señor, Dios de tu padre David: Por no haber seguido la conducta de tu padre Josafat, ni la de Asá, rey de Judá,


Cuando se cierre el cielo y no haya lluvia por haber pecado contra ti, si rezan en este lugar, te confiesan su pecado y se arrepienten a causa de tu castigo,


Si retiene las aguas, viene la sequía; si las suelta, arrasan la tierra.


Alza en torno tus ojos y mira; todos se reúnen para venir a ti. Por mi vida -dice el Señor- que todos ellos serán joyas de tu adorno y los ceñirás como una novia.


Haré de ella un desierto; no será más podada ni escardada; toda será cardos y abrojos; y mandaré a las nubes que no dejen caer más lluvia sobre ella.


¿Hay acaso entre los ídolos de las gentes quien pueda hacer llover? ¿Son los cielos los que dan la lluvia? ¿No eres tú solo, Señor? ¡Oh Dios nuestro, en ti esperamos, porque eres tú quien hace todo esto!'.


Entonces me dijo el Señor: 'Si vuelves, yo te haré volver y continuarás a mi servicio; y si separas lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Ellos volverán a ti, no tú a ellos.


Los profetas que nos han precedido a ti y a mí ya desde antiguo predijeron a muchos países y a grandes reinos guerra, hambre y peste.


Por eso los cielos os negaron la lluvia, y la tierra no ha dado su fruto.


Y si queréis admitirlo, él es Elías, el que había de venir.


Ellos le dijeron: 'Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que Jeremías o uno de los profetas'.


Algunos de los presentes, al oírlo, decían: '¡Éste llama a Elías!'.


Los otros decían: '¡Deja! A ver si viene Elías a salvarlo'.


porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus maestros de la ley.


Irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y enseñar a los rebeldes la sabiduría de los justos, a fin de preparar al Señor un pueblo bien dispuesto'.


El ángel le contestó: 'Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios, y he sido enviado a hablarte y darte esta buena noticia.


Estad alerta y orad en todo momento para que podáis libraros de todo lo que ha de venir y presentaros ante el hijo del hombre'.


Dos hombres, de improviso, se pusieron a hablar con él. Eran Moisés y Elías,


Cuando éstos se alejaban de Jesús, Pedro dijo: 'Maestro, ¡qué bien se está aquí! Hagamos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías'. No sabía lo que decía.


Al ver esto, los discípulos Santiago y Juan dijeron: 'Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?'.


'Entonces, ¿qué?; ¿eres Elías?'. Y dijo: 'No lo soy'. '¿Eres el profeta?'. Respondió: 'No'.


Éstos le preguntaron: 'Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el mesías, ni Elías, ni el profeta?'.


Esta noche un ángel del Dios al que pertenezco y a quien sirvo se me ha aparecido y me ha dicho:


Dios no ha rechazado a su pueblo,


El Señor puso entonces aparte la tribu de Leví, destinándola a llevar el arca de la alianza del Señor, a estar en su presencia, darle culto y bendecir en su nombre, como siguen haciendo hasta hoy.


Elías era un hombre de vuestra misma condición: oró fervorosamente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.


Ellos tienen poder para cerrar el cielo con el fin de que no llueva durante los días de su predicación; tienen asimismo poder sobre las aguas para cambiarlas en sangre, y poder para herir a la tierra con toda clase de plagas todas las veces que quieran.


Entonces Jefté reunió a todos los hombres de Galaad, dio la batalla a Efraín, y los hombres de Galaad vencieron a los de Efraín. Los de Efraín decían que los de Galaad, que vivían entre Efraín y Manasés, eran fugitivos de Efraín.


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