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1 Juan 2:27 - Biblia Martin Nieto

27 Pero vosotros haced que la unción que habéis recibido de él permanezca en vosotros; no tenéis necesidad de que nadie os enseñe, ya que la unción, que dice la verdad y nunca la mentira, os enseña todas las cosas; permaneced unidos a Cristo, según ella os ha enseñado.

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Biblia Reina Valera 1960

27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Ustedes han recibido al Espíritu Santo, y él vive dentro de cada uno de ustedes, así que no necesitan que nadie les enseñe lo que es la verdad. Pues el Espíritu les enseña todo lo que necesitan saber, y lo que él enseña es verdad, no mentira. Así que, tal como él les ha enseñado, permanezcan en comunión con Cristo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 pues en ustedes permanece la unción que recibieron de Jesucristo, y no necesitan que nadie venga a enseñarles. El les ha dado la unción, y ella les enseña todo; ella es verdad y no mentira. Así, pues, quédense con lo que les ha enseñado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Aunque en cuanto a vosotros, la unción que de Él habéis recibido, permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que° nadie os enseñe, sino que así como su unción° os enseña todas las cosas, y es verdad y no es mentira, así como ella os enseñó, permaneced en Él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 En cuanto a vosotros, la unción que de él recibisteis permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe. Y dado que su unción os enseña todas las cosas -y es verdad y no mentira-, permaneced en él tal como él os ha enseñado.

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1 Juan 2:27
28 Tagairtí Cros  

Los delincuentes no comprenden la justicia, pero los que buscan al Señor lo comprenden todo.


Ésa es la parte de Aarón y la de sus hijos sobre las ofrendas quemadas en honor del Señor, a partir del día en que el Señor los consagró como sacerdotes suyos.


Ofreció una bandeja de plata de kilo y medio de peso; un jarrón de plata de ochocientos cincuenta gramos según el peso del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite, para la ofrenda;


Y él les respondió: 'A vosotros se os ha dado conocer los misterios del reino de Dios, pero a ellos no.


Yo pediré al Padre que os mande otro defensor que esté siempre con vosotros,


el Espíritu de la verdad, que el mundo no puede recibir porque no lo ve ni lo conoce. Vosotros lo conocéis, porque vive con vosotros y está en vosotros'.


pero el defensor, el Espíritu Santo, el que el Padre enviará en mi nombre, él os lo enseñará todo y os recordará todo lo que os he dicho'.


Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará a la verdad completa. Pues no os hablará por su cuenta, sino que os dirá lo que ha oído y os anunciará las cosas venideras.


pero el que beba del agua que yo le dé no tendrá sed jamás; más aún, el agua que yo le daré será en él manantial que salta hasta la vida eterna'.


Está escrito en los profetas: Todos serán enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y acepta su enseñanza viene a mí.


Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios generosamente nos ha dado.


Hablamos de esto con un lenguaje que no nos ha enseñado la sabiduría humana, sino el Espíritu, que expresa las cosas espirituales en términos espirituales.


Dios es el que a nosotros y a vosotros nos mantiene firmes en Cristo y nos ha consagrado.


pues si verdaderamente habéis oído hablar de él y os han instruido en la verdad de Jesús,


Ya que habéis aceptado a Jesucristo, el Señor, vivid como él quiere,


Por todo ello damos continuamente gracias a Dios: porque, al recibir la palabra de Dios que os predicamos, la abrazasteis no como palabra de hombre, sino como lo que es en verdad, la palabra de Dios, que permanece vitalmente activa en vosotros, los creyentes.


Acerca del amor fraterno no necesitáis que se os escriba, porque personalmente habéis aprendido de Dios cómo debéis amaros los unos a los otros.


del que yo he sido nombrado pregonero y apóstol -digo verdad, no miento-, para instruir a los paganos en la fe y en la verdad.


como quienes han nacido de nuevo y no de una semilla corruptible sino incorruptible la palabra viva y eterna de Dios;


Ahora, hijos míos, permaneced unidos a Cristo, para que, cuando él venga, podamos sentirnos seguros y no nos avergoncemos de encontrarnos lejos de él en su venida.


El que guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. Por esto conocemos que él permanece en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado.


gracias a la verdad que está y estará siempre con nosotros;


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