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1 Corintios 9:17 - Biblia Martin Nieto

17 Si hiciera esto por propia voluntad, merecería recompensa; pero si lo hago por mandato, cumplo con una misión que se me ha confiado.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Si lo hiciera por mi propia iniciativa, merecería que me paguen; pero no tengo opción, porque Dios me ha encomendado este deber sagrado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Si lo hiciera por decisión propia, podría esperar recompensa, pero si fue a pesar mío, no queda más que el cargo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Porque si hago esto por propia voluntad, tengo recompensa; pero si por imposición,° se me ha confiado una mayordomía.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Porque si lo hiciera por propia iniciativa, tendría derecho a la paga; pero no hago más que cumplir un encargo.

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1 Corintios 9:17
30 Tagairtí Cros  

Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, sírvele con todo tu corazón, con ánimo bien dispuesto, porque el Señor escudriña los corazones de todos y penetra sus más secretos pensamientos. Si tú lo buscas, él se dejará encontrar; pero si tú lo abandonas, él se retirará para siempre.


¿Quién soy yo y quién es mi pueblo para que podamos ofrecerte tantas cosas? Pues todo viene de ti y tuyo es lo que te hemos dado.


oro y plata para los diversos objetos y para la obra de orfebrería. Y ahora, ¿quién quiere hacer donativos voluntarios para el Señor?'.


El pueblo se gozaba en estos donativos voluntarios, pues los daban con todo el corazón al Señor, y el mismo rey David experimentó una gran alegría.


El pueblo bendijo a todos los que se ofrecían voluntarios para residir en Jerusalén.


Y oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?


Yo me decía: No pensaré más en él, no hablaré más en su nombre. Pero había en mi corazón como un fuego abrasador encerrado en mis huesos; me he agotado en contenerlo y no lo he podido soportar.


El espíritu me levantó y me arrebató; iba yo amargado, con el ánimo lleno de excitación, mientras la mano del Señor pesaba fuertemente sobre mí.


Jonás partió, pero para huir a Tarsis, lejos del Señor. Llegó a Jafa, donde encontró una nave que se dirigía a Tarsis; pagó su pasaje y se embarcó para ir con ellos a Tarsis, huyendo de la presencia del Señor.


¡Ojalá uno de vosotros cerrara las puertas del templo, para que no se encienda más inútilmente mi altar! No, no estoy contento con vosotros -dice el Señor todopoderoso- y no me agradan las ofrendas de vuestras manos.


El que recibe a un profeta como profeta recibirá premio de profeta, y el que recibe a un justo como justo recibirá premio de justo;


Mirad que os lo he dicho todo de antemano.


El Señor contestó: '¿Quién es, entonces, el administrador fiel y prudente, para que dé a la servidumbre la comida a su hora?


El segador cobra el salario y recoge el fruto para la vida eterna. Así se alegra tanto el que siega como el que siembra.


Si la obra resiste la prueba del fuego, recibirá el premio;


El que planta y el que riega son lo mismo, y cada uno recibirá la recompensa según su trabajo.


Que la gente nos tenga como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.


Porque si predico el evangelio, no tengo de qué sentir orgullo; es mi obligación hacerlo. Pues ¡ay de mí si no evangelizare!


¿Cuál es, pues, mi recompensa? Que predico el evangelio y lo hago gratuitamente, no haciendo valer mis derechos por la evangelización.


Cuando se da de corazón y según lo que se tiene, Dios lo acepta; a nadie se le piden imposibles.


antes al contrario, vieron que yo había recibido la misión de anunciar el evangelio a los paganos, como Pedro a los judíos,


de la que fui hecho ministro según la misión que Dios me dio para bien vuestro, con el fin de dar cumplimiento a su mensaje divino,


Por el contrario, fue Dios el que nos eligió y nos confió su evangelio, y así es como hablamos. No tratamos de agradar a los hombres, sino a Dios, que sondea nuestros corazones.


pero nada he querido hacer sin tu consentimiento, a fin de que me hagas esta buena obra no a la fuerza, sino de buena gana.


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