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1 Corintios 1:26 - Biblia Martin Nieto

26 Considerad si no, hermanos, vuestro grupo de llamados: no hay muchos sabios, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;

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Biblia Reina Valera 1960

26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Recuerden, amados hermanos, que pocos de ustedes eran sabios a los ojos del mundo o poderosos o ricos cuando Dios los llamó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Fíjense, hermanos, en ustedes, los elegidos de Dios: ¿cuántos de ustedes tienen el saber humano o son de familias nobles e influyentes?

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Porque, mirad hermanos vuestro llamamiento, que no sois muchos sabios según la carne,° ni muchos poderosos ni muchos nobles;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Ved, si no, hermanos, quiénes habéis sido llamados: no hay entre vosotros muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos de noble cuna.

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1 Corintios 1:26
24 Tagairtí Cros  

Naamán fue a decir al rey lo que le había dicho la muchacha.


Por eso tienen que temerle los hombres, y él no mira a quien se cree sabio.


Yo dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, que esperará en el nombre del Señor,


me ha parecido también a mí, que he investigado cuidadosamente todo desde los orígenes, hacerte una narración ordenada,


En aquel momento, lleno de gozo bajo la acción del Espíritu Santo, dijo: 'Yo te alabo, Padre, señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los hombres sabios y a los entendidos, y se las has manifestado a los sencillos. Sí, Padre, porque así has querido.


Entonces el procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, lleno de admiración por la doctrina del Señor.


que estaba con el procónsul Sergio Paulo, hombre prudente, el cual llamó a Bernabé y Saulo deseoso de oír la palabra de Dios.


Algunos, sin embargo, se unieron a él y creyeron; entre ellos se encontraba Dionisio Areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos otros.


porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables.


¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el maestro? ¿Dónde el estudioso de este mundo? ¡Dios ha convertido en tontería la sabiduría del mundo!


Hablamos de esto con un lenguaje que no nos ha enseñado la sabiduría humana, sino el Espíritu, que expresa las cosas espirituales en términos espirituales.


Esto no lo entendieron los gobernantes de este mundo, pues si lo hubieran entendido no habrían crucificado al Señor de la gloria.


Os saludan todos los que pertenecen al pueblo de Dios, en especial los de la casa del César.


Mis queridos hermanos, escuchad. ¿No ha elegido Dios a los pobres según el mundo para ser ricos en la fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?


Yo, el presbítero, a la señora elegida y a sus hijos, que amo de verdad -no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad-,


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