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1 Corintios 1:2 - Biblia Martin Nieto

2 a la Iglesia de Dios que está en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús, llamados y consagrados, con todos los que invocan en cualquier lugar el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro;

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Biblia Reina Valera 1960

2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Va dirigida a la iglesia de Dios en Corinto, a ustedes que han sido llamados por Dios para ser su pueblo santo. Él los hizo santos por medio de Cristo Jesús, tal como lo hizo con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 a la Iglesia de Dios que está en Corinto: a ustedes que Dios santificó en Cristo Jesús. Pues fueron llamados a ser santos con todos aquellos que por todas partes invocan el Nombre de Cristo Jesús, Señor nuestro y de ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 a la iglesia de Dios, que está en Corinto,° a los santificados en Jesús el Mesías, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesús, el Mesías, Señor° de ellos y nuestro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, a los llamados a ser santos junto con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:

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1 Corintios 1:2
45 Tagairtí Cros  

De allí se trasladó a la montaña situada al oriente de Betel y allí plantó su tienda, con Betel al oeste y Ay al este. Aquí levantó al Señor un altar e invocó su nombre.


Set engendró también un hijo, al que puso el nombre de Enós. Entonces comenzó a invocarse el nombre del Señor.


Escucha, hija mía, atiende, mira, olvida tu pueblo y tu familia:


Él ha enviado su palabra a los israelitas anunciando la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos.


y no ha hecho diferencia alguna entre ellos y nosotros, purificando sus corazones con la fe.


Después de esto, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto.


Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, bautízate y lava tus pecados invocando su nombre.


a abrirles los ojos, para que pasen de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios; para que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los consagrados.


Ananías respondió: 'Señor, he oído a muchos hablar de ese hombre y decir todo el mal que ha hecho a tus fieles en Jerusalén.


Y está aquí con plenos poderes de los sumos sacerdotes para prender a todos los que te invocan'.


Todos los que lo escuchaban se quedaban estupefactos y decían: '¿No es éste el que perseguía en Jerusalén a los que invocan ese nombre, y no ha venido aquí para llevarlos encadenados a los sumos sacerdotes?'.


A todos los que estáis en Roma, predilectos de Dios, llamados y consagrados, os deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.


No hay distinción entre el judío y el griego, porque Jesús es el mismo Señor de todos, rico para todos los que lo invocan.


justicia de Dios mediante la fe en Jesucristo, para todos los creyentes, sin distinción alguna;


Y sabemos que Dios ordena todas las cosas para bien de los que le aman, de los que han sido elegidos según su designio.


Por él vosotros estáis en Cristo Jesús, el cual de parte de Dios se ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención,


No escandalicéis ni a los judíos, ni a los paganos, ni a la Iglesia de Dios;


Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno por su parte es miembro de ese cuerpo.


para nosotros hay un solo Dios, el Padre, del que proceden todas las cosas y por el que hemos sido creados; y un solo Señor, Jesucristo, por quien existen todas las cosas, y por el que también nosotros existimos.


Pablo, apóstol de Jesucristo por voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a la Iglesia de Dios que hay en Corinto, y a todos los creyentes de la región de Acaya;


Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el Señor; nosotros somos vuestros siervos por amor de Jesús.


y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia.


a fin de santificarla por medio del agua del bautismo y de la palabra,


Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los Tesalonicenses. Os deseamos la gracia y la paz de Dios Padre y de Jesucristo, el Señor.


Y es que Dios no nos ha llamado a la impureza, sino a vivir en la santidad.


Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios, nuestro Padre, y en Jesucristo, el Señor.


Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar levantando sus manos limpias, sin ira ni rencores.


por si tardo, para que sepas cómo has de conducirte en la casa de Dios, que es la Iglesia de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad.


que nos ha salvado y nos ha llamado a una vida consagrada a él, no por nuestras obras, sino por pura voluntad suya y por la gracia que nos ha dado en Cristo Jesús, desde toda la eternidad,


Sin embargo, el sólido fundamento de Dios se mantiene firme bajo este lema: El Señor conoce a los suyos y que se aparte de la injusticia el que pronuncia el nombre del Señor.


Huye de las pasiones propias de la juventud, y practica la justicia, la fe, el amor, la paz con quienes invocan al Señor con corazón puro.


Y en virtud de esta voluntad nosotros somos santificados, de una vez para siempre, por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo.


Por eso también Jesucristo, para santificar al pueblo por su propia sangre, murió fuera de la ciudad.


Porque el santificador y los santificados tienen todos el mismo origen. Por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,


Judas, siervo de Jesucristo, hermano de Santiago, a los elegidos y amados de Dios Padre y conservados para Jesucristo:


Lleva sobre el manto y sobre su muslo un nombre escrito: 'Rey de reyes y Señor de señores'.


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