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Levítico 14:48 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

48 »Pero si el sacerdote ve que la mancha ha desaparecido, deberá declarar pura a esa casa.

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Biblia Reina Valera 1960

48 Mas si entrare el sacerdote y la examinare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa después que fue recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la plaga ha desaparecido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

48 »Si el sacerdote regresa para su inspección y encuentra que el moho no ha vuelto a aparecer en la casa después de haber sido cubiertas las paredes con yeso, declarará pura la casa porque es evidente que el moho ha desaparecido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

48 Pero si el sacerdote comprueba al entrar que, después de revocada la casa, la mancha no se ha extendido por ella, la declarará pura, pues ha sanado del mal.

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La Biblia Textual 3a Edicion

48 Pero si el sacerdote entra y observa, y he aquí, en verdad la infección no se ha extendido por la casa después que fue recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, pues la infección ha desaparecido.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

48 Pero si, al entrar, el sacerdote ve que la mancha no se ha extendido por la casa después de haberla encalado de nuevo, la declarará pura, pues la lepra se ha curado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

48 Mas si entrare el sacerdote y mirare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa después que fue recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la plaga sanó.

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Levítico 14:48
10 Tagairtí Cros  

Dios hiere, pero cura la herida; Dios golpea, pero alivia el dolor.


Entonces los israelitas dijeron: «¡Volvamos a Dios! Aunque él nos ha castigado mucho, también nos dará su perdón.


quien saldrá del campamento para examinarlo. Si el enfermo ya está sano, el sacerdote mandará traer dos aves, un trozo de madera de cedro, una cinta de color rojo y un ramo de hisopo.


»Si a pesar de haber hecho todo esto, las manchas vuelven a aparecer,


Y si alguien come o duerme en ella, deberá lavar sus ropas.


Para declararla pura, tomará dos aves, un pedazo de madera de cedro, una cinta de color rojo y un ramo de hisopo.


Inmediatamente la mujer dejó de sangrar, y supo que ya estaba sana.


Jesús le dijo: —Hija, has sido sanada porque confiaste en Dios. Vete tranquila.


En ese momento, Jesús sanó a muchos que estaban enfermos y que sufrían mucho. También sanó a los que tenían espíritus malos, y a muchos ciegos les devolvió la vista.


Y algunos de ustedes eran así. Pero Dios les perdonó esos pecados, los limpió y los hizo parte de su pueblo. Todo esto fue posible por el poder del Señor Jesucristo y del Espíritu de nuestro Dios.


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