Dios, el Salvador y santo de Israel, le dijo al pueblo: «Israel, tú has sido despreciado y odiado por otros pueblos, y ahora eres esclavo de esos tiranos. Pon atención a mis palabras: “Yo soy tu único Dios; cuando los reyes y los príncipes de otras naciones te vean, se humillarán ante ti. ”¡Yo te he elegido y te cumpliré esta promesa!”»