31 En esa carta, Ester y Mardoqueo ordenaban que todos los judíos y sus descendientes debían celebrar la fiesta en las fechas indicadas, tal como ellos acostumbraban a hacerlo. También daban instrucciones en la carta en cuanto a la manera de ayunar y de expresar sus lamentos.
31 para confirmar estos días de Purim en sus tiempos señalados, según les había ordenado Mardoqueo el judío y la reina Ester, y según ellos habían tomado sobre sí y sobre su descendencia, para conmemorar el fin de los ayunos y de su clamor.
31 Esas cartas establecían la celebración anual del Festival de Purim en las fechas señaladas, como lo habían decretado el judío Mardoqueo y la reina Ester. (El pueblo decidió celebrar el festival, de la misma manera que había decidido establecer el tiempo de ayuno y luto para sí y sus descendientes).
31 para instituir esos días de los Purim, para recordarles la fecha determinada por Mardoqueo el judío y por la reina Ester, y las normas establecidas para ellos y sus descendientes, como también todo lo relacionado con los ayunos y las lamentaciones.
31 confirmando los días de Purim en su tiempo determinado, según el judío Mardoqueo y la reina Ester habían ordenado respecto a ellos, y según habían tomado sobre sí mismos° y sobre su descendencia, en° lo concerniente a los ayunos y a su clamor.
31 para ratificar estos días de los Purim en su debida fecha, como los habían establecido el judío Mardoqueo y la reina Ester, al igual de como habían instituido para ellos y para su descendencia lo referente a los ayunos y lamentaciones.
31 para confirmar estos días de Purim en sus tiempos señalados, según les había constituido Mardoqueo el judío y la reina Esther, según ellos habían tomado sobre sí y sobre su simiente, para conmemorar el fin de los ayunos y de su clamor.
Jeremías compuso un canto que expresaba su gran tristeza por la muerte de Josías. Lo mismo hicieron los cantores y cantoras; y hasta el momento en que esto se escribió, era costumbre en Israel recordar a Josías con esas canciones tan tristes. La letra de estas canciones está escrita en el «Libro de las lamentaciones».
«Reúne a todos los judíos que se encuentren en Susa, y ayunen por mí, no coman ni beban durante tres días. También mis sirvientas y yo ayunaremos. Después de eso, me presentaré ante el rey, aunque la ley no lo permita. ¡Y si tengo que morir, moriré!»
Cuando se conocieron las órdenes del rey en las distintas provincias, los judíos se pusieron muy tristes. No comían nada, lloraban amargamente, y la mayoría de ellos se acostó sobre ceniza y se puso ropa áspera.