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Esdras 8:30 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

30 Entonces los sacerdotes y sus ayudantes recibieron la plata, el oro y los utensilios que habían sido pesados y los llevaron al templo de nuestro Dios en Jerusalén.

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Biblia Reina Valera 1960

30 Los sacerdotes y los levitas recibieron el peso de la plata y del oro y de los utensilios, para traerlo a Jerusalén a la casa de nuestro Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 Entonces los sacerdotes y los levitas aceptaron la tarea de transportar esos tesoros de plata y de oro al templo de nuestro Dios en Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Entonces los sacerdotes y los levitas se hicieron cargo de esa plata, de ese oro y de todos esos objetos que habían pesado para llevarlos al Templo de nuestro Dios, en Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Así, los sacerdotes y levitas recibieron el peso de la plata y del oro y de los objetos para llevarlo a Jerusalem, a la Casa de nuestro Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Recibieron, pues, los sacerdotes y los levitas la plata y el oro pe-sados y los demás objetos para llevarlos a Jerusalén, al templo de nuestro Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

30 Los sacerdotes, pues, y levitas recibieron el peso de la plata y del oro y de los vasos, para traerlo a Jerusalén a la casa de nuestro Dios.

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Esdras 8:30
6 Tagairtí Cros  

Los utensilios entregados fueron: treinta tazones de oro, mil tazones de plata, veintinueve cuchillos, treinta tazas de oro, cuatrocientas diez tazas de plata de un mismo juego, y una gran cantidad de otros utensilios.


Me daba vergüenza pedirle al rey que mandara soldados de caballería para protegernos contra el enemigo en el camino. Le habíamos dicho al rey que Dios cuida a todos los que lo adoran, pero que los que se apartan de él tendrían que soportar todo su enojo.


Al cuarto día fuimos al templo de nuestro Dios, pesamos la plata, el oro y los utensilios, y entregamos todo al sacerdote Meremot hijo de Urías. También estaban allí Eleazar hijo de Finees y dos descendientes de Leví: Jozabad hijo de Josué y Noadías hijo de Binuy.


Y a ti, Jerusalén, te deseo mucho bienestar porque en ti se encuentra el templo de nuestro Dios.


Dios continuó diciendo a los habitantes de Jerusalén: «Todas las riquezas del Líbano y todas sus finas maderas vendrán a dar hermosura a mi templo, donde he puesto mi trono.


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