Eclesiastés 3:22 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual22 Lo que sí he visto es que, cuando morimos, nadie nos trae de vuelta para ver lo que pasará después. Por eso, disfrutemos de nuestro trabajo, ya que trabajar es nuestro destino. Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 196022 Así, pues, he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque esta es su parte; porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él? Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente22 Entonces me di cuenta de que no hay nada mejor para la gente que ser feliz con su trabajo. Ese es nuestro destino, y nadie nos puede traer de regreso para ver qué pasa después de que hayamos muerto. Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)22 Y vi que lo único que el hombre puede esperar es gozar del fruto de sus obras; porque ésa es su condición. Pero, ¿quién le dará a conocer lo que pasará después?' Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion22 Así, pues, he visto que no hay nada mejor para el hombre que alegrarse en sus obras, porque ésa es su porción. Porque, ¿quién lo llevará para que vea lo que habrá después de él? Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 197522 Y he concluido que no hay otra dicha para el hombre que disfrutar de sus obras, pues ésa es su suerte. Porque, ¿quién le permitirá contemplar lo que ha de venir tras él? Féach an chaibidilBiblia Reina Valera Gómez (2023)22 Así que he visto que no hay nada mejor para el hombre que alegrarse en sus obras; porque esta es su porción; porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él? Féach an chaibidil |
»En ese lugar celebrarán una fiesta y se alegrarán junto con sus familias y esclavos, y con los de la tribu de Leví que vivan entre ustedes. Recuerden que deben compartir con ellos lo que yo les dé, pues ellos no recibirán ninguna porción de tierra en propiedad. »Cuando ustedes vivan en su territorio, no podrán seguir haciendo lo que les venga en gana, como hasta ahora. Porque donde hoy se encuentran no es el lugar tranquilo que Dios les va a dar; para llegar allá tendrán que cruzar el río Jordán. Tan pronto como se establezcan, y hayan derrotado a todos sus enemigos, vivirán en paz y tranquilidad.