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Eclesiastés 11:8 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

8 Pero aunque vivamos muchos años, y todo ese tiempo lo vivamos felices, no debemos olvidar que nos esperan muchos días de oscuridad, y que del mañana no esperamos nada.

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Biblia Reina Valera 1960

8 pero aunque un hombre viva muchos años, y en todos ellos tenga gozo, acuérdese sin embargo que los días de las tinieblas serán muchos. Todo cuanto viene es vanidad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Si alguien llega a la ancianidad, que disfrute de cada día de vida; pero que también recuerde que habrá muchos días oscuros. Todo lo que aún vendrá carece de sentido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Aun cargado de años, que el hombre sepa tomarles el gusto a todos ellos; pero que tome en cuenta los días del anochecer, pues por muchos que sean, nada es seguro para el porvenir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Pero aunque el hombre viva muchos años, Y en todos ellos tenga gozo, Considere empero que muchos más serán los días de oscuridad. ¡Todo cuanto viene es vanidad!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 El hombre que vive largos años disfrute de todos ellos, pero recuerde que los días sombríos serán muchos, y que cuanto sucede es vanidad.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Pero aunque un hombre viva muchos años, y en todos ellos se regocije; acuérdese sin embargo, que los días de las tinieblas serán muchos. Todo cuanto viene es vanidad.

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Eclesiastés 11:8
32 Tagairtí Cros  

antes de emprender el viaje sin regreso al país de las tinieblas y el desorden!”»


En cambio, nosotros, con el último suspiro perdemos la fuerza y dejamos de existir.


Mientras el cielo exista, no habrá uno solo de nosotros que se levante de la tumba; una vez que caiga muerto, no volverá a levantarse.


20 (21) Puede alguien ser muy rico, y jamás imaginarse que al fin le espera la muerte como a cualquier animal.


Comparte lo que tienes con siete y hasta ocho amigos, pues no sabes si mañana el país estará en problemas.


así que me puse a pensar: «¿Qué gano yo con ser tan sabio, si al fin de cuentas moriré igual que los tontos? ¡Esto no tiene ningún sentido!»


Como nada en este mundo me causaba alegría, terminé por aborrecer la vida. Lo cierto es que nada tiene sentido; ¡todo es como querer atrapar el viento!


sin importar que ese nuevo rey fuera sabio o tonto. ¡Realmente no tiene sentido que alguien venga y se quede con todo lo que tanto trabajo nos ha costado llegar a tener!


Cuando Dios quiere a alguien, le da sabiduría y conocimientos, y lo hace estar alegre; en cambio, al que desobedece lo hace trabajar y amontonar mucho dinero, para luego dárselo todo a quien él quiere. ¡Pero eso tampoco tiene sentido! ¡Es como querer atrapar el viento!


Me refiero al hombre solitario, que no tiene hijos ni hermanos: todo el tiempo se lo pasa trabajando, y nunca está satisfecho; siempre quiere tener más. Ese hombre jamás se pone a pensar si vale la pena tanto trabajar y nunca gozar de la vida. ¡No tiene sentido esforzarse tanto!


Pero nada ganamos con hablar. Mientras más hablamos, más tonterías decimos.


que quien pudiera vivir dos mil años y no disfrutar de la vida. Pero al fin de cuentas, ¡todos terminaremos en el mismo lugar!


Por eso, cuando vengan los buenos tiempos, disfrútalos; pero cuando lleguen los tiempos malos ponte a pensar que todo viene de Dios, y que nunca sabemos lo que nos espera.


Tal vez haya gente malvada que peque y vuelva a pecar, y viva muchos años, pero yo sé que no les irá bien ni vivirán mucho tiempo. Pasarán por la vida como una sombra, porque no respetan a Dios. En cambio, a quienes aman y obedecen a Dios les irá mejor.


Por eso digo: «¡A pasarla bien!» En esta vida que Dios nos ha dado, lo mejor que podemos hacer es comer, beber y divertirnos. Eso es lo único que nos queda después de mucho trabajar.


¡Ánimo, pues! ¡Comamos y bebamos alegres, que Dios aprueba lo que hacemos!


Den honra a nuestro Dios, antes de que él mande las tinieblas y ustedes tropiecen en la oscuridad. La salvación que ustedes esperan, Dios la cambiará en profunda oscuridad.


Será un día de gran oscuridad, un día de nubes y de sombras. »Un ejército grande y poderoso se extenderá sobre los montes, y caerá sobre toda la tierra como las sombras al anochecer. No hubo antes, ni habrá después, otro ejército que se le parezca.


Entonces el rey les ordenó a sus sirvientes: “Átenlo de pies y manos, y échenlo afuera, a la oscuridad; allí la gente llora y rechina de terror los dientes.”


Jesús les contestó: —Yo estaré con ustedes poco tiempo. Crean en mí mientras aún estoy aquí. Creer en mí significa caminar mientras todavía hay luz, para no ser sorprendido por la noche, porque el que camina en la oscuridad no sabe por dónde va. Después de decir esto, Jesús se apartó de todos y se fue a un lugar donde no lo pudieran encontrar.


Si fueran más listos, sabrían el castigo que les espera.


Ellos les enseñaron que, en los últimos tiempos, habría gente burlona, que se dejaría controlar por sus malos deseos.


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