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Apocalipsis 14:15 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

15 Y otro ángel salió del templo, y gritó con fuerte voz al que estaba sentado en la nube: «¡Empieza a cortar con tu hoz, y recoge la cosecha! Ya ha llegado la hora de recogerla.»

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

15 Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Entonces vino otro ángel desde el templo y le gritó al que estaba sentado en la nube: «Da rienda suelta a la hoz, porque ha llegado el tiempo para cosechar; ya está madura la cosecha en la tierra».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Salió del santuario otro ángel clamando con potente voz al que estaba sentado en la nube: 'Mete tu hoz y cosecha, porque ha llegado el tiempo de cosechar y la cosecha de la tierra está en su punto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Y salió del santuario otro ángel, clamando con gran voz al que está sentado sobre la nube: ¡Envía tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Salió otro ángel del santuario, gritando con gran voz al que estaba sentado sobre la nube: ' Mete tu hoz y siega, pues ha llegado la hora de segar, porque se secó la mies de la tierra'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 Y otro ángel salió del templo, clamando en alta voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar te es venida, porque la mies de la tierra está madura.

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Apocalipsis 14:15
20 Tagairtí Cros  

Abram confió en la promesa de Dios, y por eso Dios lo aceptó y le dijo: —Yo soy tu Dios, y tú eres mío porque confías en mí. Yo te saqué de Ur de los caldeos, para entregarte esta tierra.


Isaías dijo: «Por amor a ustedes, habitantes de Jerusalén, no me callaré. Por amor a ustedes, no descansaré hasta que Dios les dé la victoria. Cuando Dios los salve, ustedes brillarán como el sol al amanecer.


»La ciudad de Babilonia va a quedar tan desierta como un campo arrasado por el fuego. ¡Llegó la hora de su destrucción!


13 (4.13) Dios las cortará como al trigo cuando está listo para la cosecha; las aplastará como a las uvas cuando están listas para hacer vino. ¡Ya es demasiada su maldad!


Mejor dejen que las dos plantas crezcan juntas. Cuando llegue el tiempo de la cosecha, podremos distinguir cuál es el trigo y cuál es la cizaña. Entonces enviaré a los trabajadores para que arranquen primero la cizaña, la amontonen y la quemen. Luego recogerán el trigo y lo llevarán a mi granero.”»


que fue quien las sembró en el mundo. El tiempo de la cosecha es el juicio final, y los trabajadores que recogen la cosecha son los ángeles.


¡Terminen, pues, de hacer lo que ellos comenzaron!


Y cuando llega el tiempo de la cosecha, el campesino recoge las semillas.»


y a nosotros no nos dejan anunciar el mensaje de salvación a los que no son judíos. Así añaden más pecados a los que ya han cometido. Pero al final Dios los castigará terriblemente.


Entonces se abrieron las puertas del templo de Dios, que está en el cielo, y dentro del templo podía verse el cofre de su pacto. Y hubo relámpagos, un resonar de truenos, un fuerte temblor de tierra y una gran lluvia de granizo.


había recibido autoridad del primer monstruo, y trabajaba para él. Obligaba a los habitantes del mundo a que adoraran al primer monstruo, el cual se había repuesto de su herida mortal.


Luego vi una nube blanca, sobre la que estaba sentado alguien que parecía un hijo de hombre. Tenía una corona de oro en la cabeza, y en la mano llevaba una hoz afilada.


El que estaba sentado en la nube pasó la hoz sobre la tierra, y recogió la cosecha.


Entonces salió del templo otro ángel, que también llevaba una hoz afilada.


Y del altar salió el ángel que tiene poder sobre el fuego, y le dijo al ángel que llevaba la hoz afilada: «¡Empieza a cortar con tu hoz! ¡Recoge las uvas del viñedo de la tierra, porque las uvas ya están maduras!»


De él salieron los siete ángeles con las siete plagas terribles que iban a suceder. Estaban vestidos con una tela fina y costosa, limpia y brillante, y se cubrían el pecho con protectores de oro.


El séptimo ángel vació su copa sobre el aire, y desde el trono que está en el templo salió una fuerte voz que decía: «¡Ya está hecho!»


Decían con fuerte voz: «Dios todopoderoso, tú eres santo y siempre dices la verdad. ¿Cuándo te vengarás de los que nos mataron? ¿Cuándo los castigarás?»


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