11 El Dios de Israel ha dicho: «Ustedes, habitantes de Edom, han llegado al colmo de la maldad. Por eso, ¡no los perdonaré! Persiguieron a sus propios hermanos y los mataron sin ninguna compasión; dieron rienda suelta a su enojo, y siempre guardaron su rencor.
11 Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Edom, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque persiguió a espada a su hermano, y violó todo afecto natural; y en su furor le ha robado siempre, y perpetuamente ha guardado el rencor.
11 Esto es lo que dice el Señor: «¡Los habitantes de Edom han pecado una y otra vez y no permitiré que queden sin castigo! Espada en mano, persiguieron a sus parientes, los israelitas, y no les tuvieron compasión. En su furia, los apuñalaron continuamente y fueron implacables en su enojo.
11 Así dice Yavé: 'Mi sentencia en contra de Edom por sus muchos crímenes será sin apelación. Porque ha perseguido con espada a su hermano Israel ahogando todo sentimiento de piedad, porque le tiene un odio siempre vivo y le guarda un rencor que nunca pasa,
11 Así dice YHVH: Por tres transgresiones de Edom, y por la cuarta, no lo revocaré: Porque persiguió con espada a su hermano, y no tuvo compasión,° Porque su ira desgarra continuamente° Y retiene su saña para siempre,
11 Así dice Yahveh: por tres crímenes de Edom y por cuatro, no lo revocaré: porque persiguió a su hermano con la espada, ahogó todo sentimiento de piedad, mantiene por siempre su ira y guarda hasta el fin su rencor.
11 Así dice Jehová: Por tres pecados de Edom, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque persiguió a espada a su hermano, y desechó la misericordia; y con su furor siempre le ha destrozado, y perpetuamente ha guardado el enojo.
»Cuando nuestros antepasados salieron de Egipto, tú no les permitiste entrar al territorio de Amón, Moab y Seír, sino que les mandaste que fueran por otro camino. Así evitaste que ellos destruyeran a esos pueblos. Pero ahora los ejércitos de esa gente nos están atacando, y nos quieren echar del territorio que tú nos diste.
19 (4.19) »A Egipto y a Edom los convertiré en un desierto, porque atacaron sin motivo a los habitantes de Judá, y en su propio país mataron a gente inocente.
»No hay otro Dios como tú. Somos pocos los que quedamos con vida. Tú perdonas nuestra maldad y olvidas nuestro pecado. Tan grande es tu amor por nosotros que tu enojo no dura para siempre.
Y aunque por algún tiempo estuve enojado con mi ciudad, me llena de furia ver a naciones que se sienten muy orgullosas, y que se aprovecharon de mi enojo para hacer sufrir a Jerusalén.
Si los descendientes de Esaú intentan reconstruir su país, yo les aseguro que volveré a destruir lo que ellos construyan. La tierra de Esaú será conocida como “el país de la maldad”, y su pueblo será conocido como “el pueblo con el que Dios siempre está enojado”. Yo soy el Dios todopoderoso, y les juró que así será.
7-8 (8-9) »Los descendientes de los edomitas sí podrán entrar en el Santuario, porque son parientes de ustedes. También podrán entrar los descendientes de los egipcios, porque ustedes vivieron en su país».