Proverbios 7:3 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

³ Sujétalos a tus dedos, escríbelos en la tablilla de tu corazón.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

³ Lígalos a tus dedos; Escríbelos en la tabla de tu corazón.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³ Átalas a tus dedos como un recordatorio; escríbelas en lo profundo de tu corazón.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³ Apriétalos firmemente entre tus dedos, inscríbelos en las tablillas de tu corazón!

La Biblia Textual 3a Edicion

³ ¡Átalos a tus dedos, Escríbelos en la tabla de tu corazón!

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

³ Átalos a tus dedos; escríbelos en la tabla de tu corazón.

Proverbios 7:3 Tagairtí Cros

Proverbios 3:3

No te abandonen la bondad y la lealtad: sujétalas a tu cuello, escríbelas en la tablilla de tu corazón

Proverbios 4:21

No se aparten nunca de tus ojos, guárdalas en el fondo de tu corazón,

Proverbios 6:21

Sujétalos siempre a tu corazón, tenlos atados en torno a tu cuello.

Proverbios 7:4

Di a la sabiduría: 'Tú eres mi hermana' y da el nombre de amiga a la prudencia,

Isaías 30:8

Ahora ven, escríbelo ante ellos en una tablilla, grábalo en bronce, para que sirva hasta el día postrero de testimonio perpetuo.

Isaías 59:21

'En cuanto a mí, dice Yahveh, ésta es mi alianza con ellos: Mi espíritu que está sobre ti y mis palabras que he puesto en tus labios no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tu descendencia, ni de la boca de la descendencia de tu descendencia -dice Yahveh-, desde ahora y para siempre.'

Jeremías 17:1

El pecado de Judá está escrito con estilete de hierro; con punta de diamante está grabado en la tablilla de su corazón y en los cuernos de sus altares.

Jeremías 31:33

Ésta será la alianza que sellaré con la casa de Israel, después de aquellos días -oráculo de Yahveh-: Pongo mi ley en su interior y la escribo en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.

2 Corintios 3:3

Es evidente que sois una carta de Cristo, redactada por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne de los corazones.