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Levítico 7:18 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Si al tercer día alguien come de la carne del sacrificio de comunión, no se aceptará el sacrificio ni se le tendrá en cuenta al que lo ofreció; será cosa inmunda, y el que la coma cargará con su falta.

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Biblia Reina Valera 1960

18 Si se comiere de la carne del sacrificio de paz al tercer día, el que lo ofreciere no será acepto, ni le será contado; abominación será, y la persona que de él comiere llevará su pecado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Si al tercer día se come algo de la carne de la ofrenda de paz, la persona que la presentó no será aceptada por el Señor. No recibirás ningún mérito por haberla presentado, pues para entonces, la carne estará contaminada; si la comes, serás castigado por tu pecado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 El que al tercer día comiere carne del sacrificio de comunión, su sacrificio no sería recibido por Dios, y no sería de ningún provecho para el que lo ofreció; sería una cosa fea y el que la comiere cargaría con un pecado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 pues si la carne del sacrificio de paz se come al tercer día, ciertamente no le será aceptado ni tenido en cuenta. Será cosa abominable, y la persona que coma de él cargará con su pecado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Y si se comiere de la carne del sacrificio de sus ofrendas de paz al tercer día, el que lo ofreciere no será acepto, ni le será contado; abominación será, y el alma que de él comiere llevará su iniquidad.

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Biblia Traducción en Lenguaje Actual

18 »Si al tercer día alguien come de esa carne, esa persona cometerá pecado. Además, ya no aceptaré esa ofrenda, ni la tomaré en cuenta, pues la consideraré despreciable.

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Levítico 7:18
31 Tagairtí Cros  

Yahveh abomina el sacrificio de los malos; pero se complace en la plegaria de los justos.


gente que mora en los sepulcros y en los escondites pernocta, que come carne de cerdo y pone en sus platos caldo de inmundicias.


Quien inmola un toro, también mata a un hombre; quien sacrifica una oveja, también desnuca a un perro; quien ofrece libación, también ofrece sangre de cerdo; quien presenta incienso, también alaba a un ídolo. Como ellos eligen sus propios caminos y su alma se complace en sus horrores,


Así dice Yahveh acerca de este pueblo: así es, están aficionados a andar de un lado para otro, no dan reposo a sus pies. Pero Yahveh no se complace en ellos; ahora va a recordar su culpa y a castigar sus pecados.


Aunque ayunen, no escucho su clamor; aunque ofrezcan holocausto y oblación, no los quiero, sino que voy a acabar con ellos por medio de la espada, del hambre y de la peste'.


El que peca, ése morirá. Un hijo no cargará con la culpa del padre, ni un padre cargará con la culpa del hijo; la justicia del justo recaerá sobre él, y la maldad del malvado sobre él recaerá.'


Aunque inmolen sacrificios sangrientos, sacrifican carne y se la coman, Yahveh no se complace en ellos. Recordará su iniquidad y castigará sus pecados. Tendrán que volver a Egipto.


'¿Por qué no habéis comido en lugar sagrado la víctima expiatoria? Pues es cosa sacratísima y Yahveh os la ha dado para que borréis la falta de la comunidad y expiéis por ella delante de Yahveh.


Aarón dijo entonces a Moisés: 'Mira, hoy han ofrecido ellos su sacrificio expiatorio y su holocausto ante Yahveh, y me han sucedido estas cosas. Si hubiera comido yo hoy de la víctima expiatoria, ¿habría sido esto grato a Yahveh?'.


Todo reptil que se arrastra sobre la tierra es una abominación y no se comerá.


Si no lava sus vestidos ni se baña cargará con su culpa.'


Si ofrecéis un sacrificio de comunión a Yahveh, sacrificadlo de manera que sea aceptado.


Si un hombre toma a su hermana, hija de su padre o hija de su madre, y ve su desnudez, y ella ve la de él, es una ignominia, y ambos serán exterminados a la vista de los hijos de su pueblo. Él ha descubierto la desnudez de su hermana; cargará con su pecado.


No descubrirás la desnudez de la hermana de tu madre o de la hermana de tu padre, porque es lo mismo que desnudar tu propia carne; cargarán con el peso de su iniquidad.


pues, en caso de comerlas, cargarían sobre ellos una culpa que exige reparación. Porque soy yo, Yahveh, el que santifica estas ofrendas'.


Podrás ofrecer como sacrificio voluntario una cabeza de ganado mayor o menor hipertrofiada o raquítica; pero estas víctimas no serán aceptadas para los sacrificios hechos en cumplimiento de un voto.


Y no permitiréis que tales víctimas sean ofrecidas de mano de un extranjero como alimento de vuestro Dios, pues su deformidad es un defecto y son, por tanto, inaceptables'.


Si una persona peca, haciendo, sin darse cuenta, alguna de las cosas que por mandamiento de Yahveh no deben hacerse, será responsable y cargará con su falta.


No se comerá la carne que haya estado en contacto con algo impuro; se quemará al fuego. Todos los que estén puros podrán comer la carne.


Si me ofrecéis holocaustos no me complaceré en vuestros dones ni me fijaré en el sacrificio de vuestros novillos cebados.


¡Ah, si hubiera alguno de vosotros que cerrara las puertas, para que no encendierais mi altar inútilmente! No tengo complacencia alguna en vosotros -dice Yahveh Sebaot-, ni me es grata la oblación de vuestras manos.


Decís incluso: '¡Qué fastidio!', y me despreciáis -dice Yahveh Sebaot-. Cuando traéis animales robados o cojos y enfermos, y presentáis esa oblación ¿la aceptaré de vuestras manos con agrado? -dice Yahveh-.


Vuestra ofrenda os será computada al igual que si fuera trigo sacado de la era o mosto del lagar.


Pero él les dijo: 'Vosotros presumís de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestro corazón; porque lo que los hombres estiman, lo abomina Dios.


Precisamente recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia por la fe que tenía ya antes de circuncidarse, para que así fuera padre de todos los creyentes, es decir, de los incircuncisos, a quienes se les tendría en cuenta su fe como justicia;


así también Cristo, ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos, se aparecerá, la segunda vez, sin relación ya con el pecado, a los que a él aguardan, para darles la salvación.


Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo y los subió al madero, para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia. Por sus cardenales habéis sido curados.


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