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Éxodo 14:8 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Yahveh endureció el corazón del Faraón, rey de Egipto, que salió en persecución de los israelitas; pero éstos habían salido con la protección divina.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Y endureció Jehová el corazón de Faraón rey de Egipto, y él siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Así que el Señor endureció el corazón del faraón, rey de Egipto, quien por lo tanto salió a perseguir a los israelitas, los cuales se habían marchado con puños en alto en señal de desafío.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Yavé había endurecido el corazón del rey y, mientras los israelitas se marchaban seguros, él los persiguió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y endureció YHVH el corazón de Faraón rey de Egipto, quien persiguió a los hijos de Israel, pero los hijos de Israel habían salido con mano exaltada.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Y Jehová endureció el corazón de Faraón, rey de Egipto, y este siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa.

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Éxodo 14:8
21 Tagairtí Cros  

y condujo a su pueblo en alegría, a sus electos entre cantos,


Tus mercedes conmigo son muy grandes, has salvado mi vida del profundo seol.


Pero Yahveh endureció el corazón del Faraón, que no quiso dejarles salir.


Esto será como una señal en tu mano y como un recordatorio ante tus ojos, porque con mano fuerte nos sacó Yahveh de Egipto'.'


Por eso Yahveh hizo que el pueblo diera un rodeo por el camino del desierto hacia el mar de los Juncos. Los israelitas salieron de Egipto bien armados.


Será para ti como una señal en tu mano y como un recordatorio ante tus ojos, a fin de que la ley de Yahveh esté siempre en tu boca, pues con mano fuerte te sacó Yahveh de Egipto.


Yo endureceré el corazón de los egipcios y entrarán detrás de ellos. Me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de sus guerreros.


Yo endureceré el corazón del Faraón, que se lanzará tras ellos, pero yo me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército. Así reconocerán los egipcios que yo soy Yahveh'. Así lo hicieron.


Movilizó seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, equipados con sus correspondientes guerreros.


Se dijo el enemigo: 'Yo los perseguiré, les daré alcance, repartiré despojos, mi espíritu en ellos saciaré desenvainaré mi espada, mi mano los exterminará'.


Dijo Yahveh a Moisés: 'Ahora que vas a volver a Egipto, disponte a hacer delante del Faraón todos los prodigios que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón y no dejará salir al pueblo'.


Dijo Yahveh a Moisés: 'Ahora vas a ver lo que haré yo al Faraón: pues bajo la presión de una mano fuerte los dejará ir, y por la intervención de una mano firme los ha de echar él mismo de su territorio'.


Endureció Yahveh el corazón del Faraón y éste no los escuchó, tal y como lo había predicho Yahveh a Moisés.


Dales la ceguera de corazón. ¡Caiga tu maldición sobre ellos!


Yo soy Yahveh, vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto para que no fueseis esclavos suyos. Rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con la cabeza erguida.'


Salieron de Ramsés el primer mes, el día quince del mes primero. Al día siguiente de la Pascua salieron los israelitas, bajo protección divina, a la vista de todo Egipto,


el Dios de este pueblo, de Israel, eligió a nuestros padres, multiplicó al pueblo durante su destierro en el país de Egipto y con brazo firme los sacó de él.


y nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo tenso, en medio de gran terror, señales y prodigios,


si no temiera fomentar el furor del enemigo, si sus adversarios no lo interpretaran falsamente, si no se dijeran: ha prevalecido nuestra mano; no fue Yahveh quien hizo todo esto.


Pues fue designio de Yahveh que los corazones de sus moradores se obstinaran en entablar combate con Israel, y así fueran entregados al anatema, sin que hubiera para ellos compasión. Fueron aniquilados, como había ordenado Yahveh a Moisés.


Yo atraeré hacia ti, al torrente Quisón, a Sísara, jefe del ejército de Yabín, con sus carros y su tropa, y lo entregaré en tus manos'.


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