Proverbios 2:2 - Nueva Biblia Española (1975)

² prestando oído a la sensatez y prestando atención a la prudencia;

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

² Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia,

Biblia Nueva Traducción Viviente

² Afina tus oídos a la sabiduría y concéntrate en el entendimiento.

Biblia Católica (Latinoamericana)

² que tu oído se abra a la sabiduría, que tu corazón se doblegue a la verdad,

La Biblia Textual 3a Edicion

² Haciendo atento tu oído a la sabiduría, E inclinando tu corazón a la inteligencia,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

² prestando atención a la sabiduría e inclinando tu corazón a la prudencia,

Proverbios 2:2 Tagairtí Cros

Salmos 90:12

Enséñanos a llevar buena cuenta de nuestros años para que adquiramos un corazón sensato.

Proverbios 18:1

El hombre esquivo sigue sus caprichos y se enreda contra toda conveniencia.

Proverbios 2:3

si invocas a la inteligencia y llamas a la prudencia;

Proverbios 23:12

Haz caso de la corrección, presta oído a los consejos de la experiencia.

Proverbios 4:1

Escuchen hijos, la corrección paterna; atiendan, para aprender prudencia:

Proverbios 4:20

Hijo mío, haz caso a mis palabras, presta oído a mis consejos:

Proverbios 6:32

el adúltero es hombre sin juicio, el violador se arruina a sí mismo:

Eclesiastés 7:25

Me puse a indagar a fondo buscando sabiduría y recta valoración, procurando conocer cuál es la peor necedad, la necedad más absurda,

Eclesiastés 8:16

Me dediqué a obtener sabiduría observando todas las tareas que se realizan en la tierra: los ojos del hombre no conocen el sueño ni de día ni de noche.

Eclesiastés 8:9

Todo esto lo he observado fijándome en todo lo que sucede bajo el sol, mientras un hombre domina a otro para su mal.

Isaías 55:3

Presten oído, vengan a mí, escúchenme y vivirán. Sellaré con ustedes alianza perpetua, la promesa que aseguré a David:

Mateo 13:9

¡Quién tenga oídos, que escuche!

Hechos 17:11

Los judíos de Berea eran de mejor natural que los de Tesalónica y recibieron el mensaje con toda buena voluntad, examinando a diario la Escritura para comprobar si estaban así las cosas.