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Lucas 15:4 - Nueva Biblia Española (1975)

4 Si uno de ustedes tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la descarriada hasta encontrarla?

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Biblia Reina Valera 1960

4 ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 «Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿qué hará? ¿No dejará las otras noventa y nueve en el desierto y saldrá a buscar la perdida hasta que la encuentre?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Si alguno de ustedes pierde una oveja de las cien que tiene, ¿no deja las otras noventa y nueve en el desierto y se va en busca de la que se le perdió hasta que la encuentra?

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 ¿Qué hombre de vosotros que tiene cien ovejas y pierde° una de ellas, no deja° las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se ha perdido, hasta que la halla?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 '¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no abandona las noventa y nueve en el desierto y va en busca de la que se le ha perdido, hasta encontrarla?

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Lucas 15:4
19 Tagairtí Cros  

me extravié como oveja perdida: busca a tu siervo, que no olvida tus mandatos.


Todos errábamos como ovejas, cada uno por su lado, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.


Por las poblaciones de la Sierra, de la Sefela, del Negueb, por el territorio de Benjamín, por el distrito de Jerusalén y por las ciudades de Judá, todavía pasarán las ovejas junto al que las cuenta -dice el Señor-.


Mi pueblo era un rebaño perdido que los pastores extraviaban por los montes, iban de monte en colina, olvidando el aprisco;


Buscaré las ovejas perdidas, recogeré las descarriadas; vendaré a las heridas, curaré a las enfermas; a las gordas y fuertes las guardaré y las apacentaré como es debido.


Y ustedes son mis ovejas, ovejas de mi rebaño, y yo soy su Dios -oráculo del Señor- .


No fortalecen a las débiles, ni curan a las enfermas, ni vendan a las heridas; no recogen las descarriadas, ni buscan las perdidas y maltratan brutalmente a las fuertes.


¡Lo juro por mi vida! -oráculo del Señor- . Mis ovejas fueron presa, mis ovejas fueron pasto de las fieras salvajes por falta de pastor; pues los pastores no las cuidaban, los pastores se apacentaban a sí mismos.


El les respondió: Supongamos que uno de ustedes tiene una oveja, y que un sábado se le cae en una zanja, ¿la agarra y la saca o no?


Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo: Hipócritas: cualquiera de ustedes, ¿no desata del pesebre al buey o al burro, y lo lleva a abrevar aunque sea sábado?


Entonces les propuso Jesús esta parábola:


Porque este Hombre ha venido a buscar lo que estaba perdido y a salvarlo.


Por eso tú, amigo el que seas, que te constituyes en juez, no tienes disculpa; al dar sentencia contra el otro te estás condenando a ti mismo, porque tú, el juez, te portas igual.


Andaban descarriados cómo oveja/, pero ahora han vuelto a su pastor y guardián.


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