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Levítico 5:16 - Nueva Biblia Española (1975)

16 Y lo que defraudó lo restituirá con recargo de un veinte por ciento. Lo entregará al sacerdote, y éste expiará por él, con el carnero del sacrificio penitencial, y se le perdonará.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Y pagará lo que hubiere defraudado de las cosas santas, y añadirá a ello la quinta parte, y lo dará al sacerdote; y el sacerdote hará expiación por él con el carnero del sacrificio por el pecado, y será perdonado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 La persona tiene que hacer restitución por la propiedad sagrada que dañó, pagando por la pérdida, más un veinte por ciento adicional. Cuando le entregue el pago al sacerdote, él lo purificará con el carnero sacrificado como ofrenda por la culpa, lo hará justo ante el Señor, y será perdonado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Este hombre devolverá lo que no dio para el santuario y lo dará al sacerdote, agregando una quinta parte. El sacerdote hará la expiación por él, ofreciendo el carnero por el pecado, y quedará perdonado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Restituirá además lo que haya dañado de las cosas consagradas y añadirá sobre ello un quinto, lo cual dará al sacerdote. El sacerdote hará expiación a favor de él mediante el carnero del sacrificio por el pecado, y le será perdonado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Restituirá lo defraudado en las cosas consagradas, añadiendo el recargo de una quinta parte, y lo entregará al sacerdote, quien hará por él la expiación con el carnero del sacrificio de reparación, y quedará perdonado.

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Levítico 5:16
22 Tagairtí Cros  

Más que los pelos de mi cabeza son los que me odian sin razón; más duros que mis huesos los que me atacan injustamente. ¿Es que voy a devolver lo que no he robado?


Cuando alguien robe un toro o una oveja para matarlo o venderlo, restituirá cinco toros por toro y cuatro ovejas por oveja.


El que por inadvertencia coma de lo santo, lo restituirá al sacerdote con recargo de un veinte por ciento.


Y si quiere rescatarlo, pagará un recargo del veinte por ciento sobre lo tasado.


Si el que la consagró la quiere rescatar, pagará lo tasado con un veinte por ciento de recargo.


Si se trata de un animal impuro, será rescatado con un recargo del veinte por ciento sobre lo tasado. Si no lo rescata, se venderá al precio tasado.


Si alguien quiere rescatarlos, lo hará con un recargo del veinte por ciento sobre lo tasado.


Hará con este novillo como se hace con el del sacrificio expiatorio. El sacerdote expía así por ellos y quedan perdonados.


Toda la grasa la dejará quemarse sobre el altar, como se hace en los sacrificios de comunión. El sacerdote expía así por Su transgresión, y queda perdonado.


El segundo lo ofrecerá en holocausto, según el ritual. El sacerdote expiará por la transgresión cometida, y se le perdonará.


El sacerdote expiará por la transgresión cometida en cualquiera de estos casos, y se le perdonará. El resto, como en las ofrendas de flor de harina, le corresponde al sacerdote.


Y por la transgresión cometida, en penitencia ofrecerá al Señor una hembra de ganado menor, oveja o cabra, por su transgresión. El sacerdote expiará por su transgresión, y se le perdonará.


Degollarán la víctima del sacrificio penitencial en el matadero de los holocaustos. El sacerdote con la sangre rociará el altar por todos los lados.


confesará su pecado, restituirá el perjuicio al que haya perjudicado, con un recargo del veinte por ciento.


Si el perjudicado no tiene pariente a quien se haga la restitución, ésta se hará al Señor por medio del sacerdote, sin contar el carnero con el que se hace la expiación del reo.


Zaqueo se puso en pie y le dijo al Señor: Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres, y si a alguien le he sacado dinero se lo restituiré cuatro veces.


Al contrario, primero a los de Damasco, pero además a los de Jerusalén y de toda la comarca de Judea, y luego a los paganos, les he predicado que se arrepientan y que se conviertan a Dios, portándose como corresponde al arrepentimiento.


Respondieron: Si quieren devolver el arca del Dios de Israel, no la manden vacía, sino pagando una indemnización. Entonces, si se curan, sabremos por qué su mano no nos dejaba en paz.


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