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Levítico 16:17 - Nueva Biblia Española (1975)

17 Mientras esté haciendo la expiación por sí mismo, por su familia y por toda la asamblea de Israel, desde que entra hasta que sale, no habrá nadie en la tienda del encuentro.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 A nadie más se le permitirá estar dentro del tabernáculo cuando Aarón entre para la ceremonia de purificación en el Lugar Santísimo. Nadie podrá entrar hasta que él salga, después de haberse purificado a sí mismo, a su familia y a toda la congregación de Israel, haciéndolos justos ante el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 No habrá nadie en la Tienda de las Citas cuando Aarón entre en el Santuario para hacer la expiación, hasta que salga. Después de hacer la expiación por sí, por los de su familia y por toda la comunidad de Israel,

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Nadie podrá permanecer en la Tienda de Reunión desde que él entre en el Santuario para hacer expiación hasta que salga y haya hecho expiación por sí mismo, por su casa, y por toda la congregación de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 No habrá nadie en la tienda del encuentro desde que él entre en el santuario para hacer la expiación hasta que salga después de haber hecho la expiación por sí mismo, por su casa y por toda la asamblea de Israel.

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Levítico 16:17
14 Tagairtí Cros  

de Elcaná, de Yeroján, de Eliel, de Toj,


Que nadie suba contigo ni asome nadie en todo el monte, ni siquiera las ovejas y vacas pastarán en la ladera del monte.


Todos errábamos como ovejas, cada uno por su lado, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.


Setenta semanas están decretadas para tu pueblo y tu ciudad santa; para encerrar el delito, sellar el pecado, expiar el crimen, para traer una justicia perenne, para sellar la visión y al profeta y ungir el lugar santísimo.


Así hará la expiación por el santuario, por todas las impurezas y delitos de los israelitas, por todos sus pecados. Lo mismo hará con la tienda del encuentro, establecida entre ellos, en medio de sus impurezas.


Después saldrá, irá al altar, que está ante el Señor, y hará la expiación por él: tomará sangre del novillo y del macho cabrío, irá untando con ella los salientes del altar.


la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso.


La salvación no está en ningún otro, es decir, que bajo el cielo no tenemos los hombres otro diferente de él al que debamos invocar para salvarnos.


Porque no hay más que un Dios y no hay más que un mediador entre Dios y los hombres, un hombre, el Mesías Jesús,


EL es reflejo de su gloria, impronta de su ser; él sostiene el universo con la palabra potente de Dios; y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de su Majestad en las alturas,


pero en el segundo entra una vez al año el sumo sacerdote solo y además llevando sangre para ofrecerla por él mismo y por las faltas del pueblo.


El en su persona subió nuestros pecados a la cruz, pata que nosotros muramos a los pecados y vivamos para la honradez: 'sus llagas los curaron'.


Porque también el Mesías sufrió una vez por los pecados, el inocente por los culpables, para llevarnos a Dios; sufrió la muerte en su cuerpo, pero recibió vida por el Espíritu.


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