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Levítico 10:7 - Nueva Biblia Española (1975)

7 No salgan por la puerta de la tienda del encuentro, no sea que mueran, porque están ungidos con aceite del Señor. Ellos hicieron lo que Moisés había dicho.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Ni saldréis de la puerta del tabernáculo de reunión, porque moriréis; por cuanto el aceite de la unción de Jehová está sobre vosotros. Y ellos hicieron conforme al dicho de Moisés.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Pero no salgan de la entrada del tabernáculo o morirán, porque ustedes fueron ungidos con el aceite de unción del Señor». Entonces hicieron lo que Moisés les ordenó.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Ustedes no saldrán de la Tienda de las Citas si no quieren morir, pues está sobre ustedes el óleo de la unción de Yavé. Ellos actuaron en todo conforme al precepto de Moisés.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y no saldréis por la entrada de la Tienda de Reunión para que no muráis, por cuanto el aceite de la unción de YHVH está sobre vosotros. Y ellos hicieron conforme a la palabra de Moisés.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 No os alejéis de la entrada de la tienda del encuentro, no sea que muráis, porque el óleo de la unción de Yahveh está en vosotros'. Ellos hicieron lo que Moisés les ordenó.

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Levítico 10:7
12 Tagairtí Cros  

Se las vestirás a tu hermano Aarón y a sus hijos, los ungirás y los consagrarás sacerdotes míos.


Luego, tomando el aceite de la unción, lo derramarás sobre su cabeza para ungirlo.


Ungirás también a Aarón y a sus hijos para consagrarlos como sacerdotes míos.


No saldrá del santuario ni profanará el santuario de su Dios, porque tiene la consagración del aceite de la unción de su Dios. Yo soy el Señor.


Luego derramó aceite sobre la cabeza dé Aarón, y lo ungió para consagrado.


Moisés tomó el aceite de la unción y sangre del altar y salpicó sobre Aarón y sus vestidos, sobre los hijos de Aarón y sus vestidos, y así los consagró.


Jesús le replicó: Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar por ahí el reinado de Dios.


Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.


Y el que nos mantiene firmes -a mí y a ustedes- en la adhesión al Mesías es Dios que nos ungió;


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