Juan 6:52 - Nueva Biblia Española (1975)

⁵² Los judíos aquéllos peleaban unos con otros diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

⁵² Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede este darnos a comer su carne?

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁵² Entonces la gente comenzó a discutir entre sí sobre lo que él quería decir. «¿Cómo puede este hombre darnos de comer su carne?», se preguntaban.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁵² Los judíos discutían entre sí: '¿Cómo puede éste darnos a comer carne?'

La Biblia Textual 3a Edicion

⁵² Entonces los judíos discutían unos con otros, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁵² Pusiéronse entonces a discutir los judíos entre sí, diciendo: '¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?'.

Juan 6:52 Tagairtí Cros

Juan 1:19

Este fue el testimonio de Juan, cuando las autoridades judías enviaron desde Jerusalén sacerdotes y clérigos a preguntarle: Tú, ¿quién eres?

Juan 10:19

Estas palabras causaron de nuevo división entre los dirigentes judíos.

Juan 3:4

Nicodemo le dice: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Es que puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y nacer?

Juan 3:9

Replicó Nicodemo: ¿Cómo es posible que eso suceda?

Juan 4:11

Le dice la mujer: Señor, si no tienes cubo y el pozo es hondo, ¿de dónde vas a sacar el agua viva?

Juan 6:41

Los judíos del sistema lo criticaban porque había dicho: 'Yo soy el pan bajado del cielo',

Juan 6:60

Muchos discípulos suyos dijeron al oírlo: Esto que dice es demasiado; ¿quién puede hacerle caso?

Juan 9:16

Algunos de los fariseos comentaban: Ese hombre no viene de parte de Dios, porque no guarda el sábado. Otros, en cambio, decían: ¿Cómo puede un hombre, siendo pecador, realizar semejante señales? Y estaban divididos.

Hechos 17:32

Al oír 'resurrección de muertos', unos lo tomaban a broma; otros dijeron: De esto te oiremos hablar en otra ocasión.

1 Corintios 2:14

El hombre de tejas abajo no acepta la manera de ser del Espíritu de Dios, le parece una locura; y no puede captarla porque hay que enjuiciarla con el criterio del Espíritu.