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Juan 5:35 - Nueva Biblia Española (1975)

35 El era la lámpara encendida que brillaba, y ustedes quisieron por algún tiempo disfrutar de su luz.

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Biblia Reina Valera 1960

35 Él era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Juan era como una lámpara que ardía y brillaba, y ustedes se entusiasmaron con su mensaje durante un tiempo;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Juan era una antorcha que ardía e iluminaba, y ustedes por un tiempo se sintieron a gusto con su luz.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 Él era la antorcha que ardía y alumbraba, y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo° en su luz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Juan era la lámpara que arde y que ilumina, aunque vosotros sólo por un momento quisisteis gozar de su luz.'

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Juan 5:35
18 Tagairtí Cros  

Pero Abisay, hijo de Seruyá, defendió a David, hirió al filisteo y lo mató. Entonces los de David le exigieron: ¡Por Dios, no salgas más con nosotros a la batalla, para que no apaguen la lámpara de Israel!


Los israelitas veían la cara radiante, y Moisés se volvía a fechar el velo por la cara, hasta que volvía a hablar con Dios.


Acuden a ti en tropel y mi pueblo se sienta delante de ti; escuchan tus palabras, pero no las practican; con la boca dicen lisonjas, pero su ánimo anda tras el negocio.


Los maestros, brillarán como brilla el firmamento, y los que convierten a los demás, como estrellas, perpetuamente.


Les aseguro que no ha nacido de mujer nadie más grande que Juan Bautista, aunque el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él. '


y si decimos 'humana', nos da miedo la gente, porque todos piensan que Juan era un profeta.


Acudía toda la comarca de Judea y los vecinos todos de Jerusalén, y él los bautizaba en el Jordán cuando confesaban sus pecados.


porque Herodes miraba con respeto a Juan, sabiendo que era un hombre recto y santo, y lo tenía protegido. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, pero le gustaba escucharlo.


Les digo que de los nacidos de mujer ninguno es más grande que Juan. Aunque el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él.


Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron atrás y ya no andaban con él.


Y nos confirma la palabra de los profetas, a. la cual hacen muy bien en prestar atención como a lámpara que brilla en la oscuridad, hasta que despunte el día y el lucero nazca en sus corazones.


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