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Juan 11:41 - Nueva Biblia Española (1975)

41 Entonces quitaron la losa. Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: Gracias, Padre, por haberme escuchado.

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Biblia Reina Valera 1960

41 Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

41 Así que corrieron la piedra a un lado. Entonces Jesús miró al cielo y dijo: «Padre, gracias por haberme oído.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

41 Y quitaron la piedra. Jesús levantó los ojos al cielo y exclamó: 'Te doy gracias, Padre, porque me has escuchado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

41 Quitaron pues la piedra.° Entonces Jesús alzó los ojos a lo alto, y dijo: ¡Padre, te doy gracias porque me has oído!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

41 Quitaron, pues, la losa. Entonces Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: 'Padre, te doy gracias por haberme escuchado.

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Juan 11:41
14 Tagairtí Cros  

A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo.


En aquella ocasión reaccionó Jesús diciendo: Bendito seas', Padre, Señor de cielo y tierra, porque, si has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla;


sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien.


después lo puso en el sepulcro nuevo excavado para él mismo en la roca, rodó una piedra grande a la entrada del sepulcro y se marchó.


Este compró una sábana y, descolgando a Jesús, lo envolvió en la sábana, lo puso en un sepulcro excavado en la roca y rodó una piedra contra la entrada del sepulcro.


En aquel momento, con la alegría del Espíritu Santo, exclamó: Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque si has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos, se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, bendito seas, por haberte parecido eso bien.


El recaudador, en cambio, se quedó a distancia y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; no hacía más que darse golpes de pecho diciendo: '¡Dios mío!, ten compasión de este pecador'.


El sábado guardaron el descanso de precepto, pero el primer día de la semana, de madrugada, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado.


pero, incluso ahora, sé que todo lo que le pidas a Dios, Dios te lo dará.


Así habló Jesús y, levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, ha llegado la hora: manifiesta la gloria de tu Hijo, para que el Hijo manifieste la tuya.


El primer día de la semana, muy de mañana, cuando aún estaba oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio la losa quitada del sepulcro.


Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la derecha de Dios,


en lo que sea, presenten ante Dios sus peticiones con esa oración y. esa súplica que incluyen acción de gracias;


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