Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Josué 2:11 - Nueva Biblia Española (1975)

11 al oírlo nos descorazonamos, y todos se han quedado sin aliento ante ustedes; porque el Señor, su Dios, es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

11 Oyendo esto, ha desmayado nuestro corazón; ni ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

11 ¡No es extraño que nuestro corazón esté lleno de temor! A nadie le queda valor para pelear después de oír semejantes cosas. Pues el Señor su Dios es el Dios supremo arriba, en los cielos, y abajo, en la tierra.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Cuando lo supimos se nos paró el corazón y al verlos acercarse todo el mundo está ahora lleno de miedo, porque Yavé su Dios es Dios tanto arriba en los cielos como abajo en la tierra.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y cuando lo oímos, se nos derritió° el corazón, y no ha quedado más aliento en hombre alguno por causa de vosotros, porque YHVH vuestro Dios, Él solo es ’Elohim arriba en los cielos y abajo en la tierra.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Al oírlo, se ha desmayado nuestro corazón y ya nadie tiene aliento delante de vosotros, porque Yahveh, vuestro Dios, es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra.

Féach an chaibidil Cóip




Josué 2:11
27 Tagairtí Cros  

Así sabrán todas las naciones del mundo que el Señor es el Dios verdadero, y no hay otro;


Volvió con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo: Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra más que- el de Israel. Acepta un regalo de tu servidor.


Cuando se enteraron nuestros enemigos y lo vieron los pueblos circundantes se llenaron de admiración y reconocieron que era nuestro Dios el autor de esta obra.


En cada provincia y ciudad adonde llegaba el decreto del rey los judíos se llenaban de inmensa alegría, y celebraban banquetes y fiestas. Y muchos gentiles se convirtieron', sobrecogidos ante los judíos.


Los paganos temerán tu nombre; los reyes del mundo, tu gloria.


Estoy como agua derramada, tengo los huesos descoyuntados, mi corazón, como cera, se derrite en mis entrañas;


que se derritan como agua que se escurre, que se marchiten como hierba pisoteada;


y reconozcan que te llamas Señor, que tú eres el Soberano de toda la tierra.


Lo oyeron los pueblos y temblaron, espasmos agarraron a los jefes filisteos,


se espantaron los Toros de Edom, fueron presa de temblor los Carneros de Moab, flaquearon todos los jefes cananeos;


por eso los brazos desfallecerán y se desmayarán los corazones humanos;


Contra Egipto: Miren al Señor, que montado en nube ligera penetra en Egipto: vacilan ante él los ídolos de Egipto, y el corazón de los egipcios se desmaya en el pecho.


Para que el corazón tiemble y haya muchos caídos, contra todas sus puertas enderezo la punta de la espada, hermanada con el rayo, desnuda para la matanza.


i Destrucción, desolación, devastación! El temple se funde, vacilan las rodillas, se doblan los ijares, el rostro pierde el color.


¡Adonde vamos a subir! Nuestros hermanos nos han acobardado con sus palabras, que la gente es más fuerte y corpulenta que nosotros, que las ciudades son enormes y sus fortificaciones más altas que el cielo, que hasta han visto anaquitas allí'.


Los alguaciles añadirán a la tropa: 'Quien tenga miedo y se acobarde, que se retire y vuelva a casa, no vaya a contagiar su cobardía a sus hermanos'.


Pues reconoce hoy, y métetelo dentro, que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.


Los compañeros que habían ido conmigo desanimaron a la gente; yo, en cambio, seguí plenamente al Señor, mi Dios,


le dijeron: El Señor nos entrega todo el país. Toda la gente tiembla ante nosotros.


Cuando los reyes amorreos de Cisjordania y los reyes cananeos de Occidente oyeron que el Señor había secado el agua del Jordán ante los israelitas hasta que pasaron, quedaron consternados y se desalentaron ante ellos.


que les hicieron unas treinta y seis bajas y los persiguieron desde las puertas de la ciudad hasta Las Canteras, derrotándolos en la cuesta. El valor del ejército se deshizo en agua.


Le contestaron: Nosotros, servidores tuyos, estábamos informados de lo que el Señor, tu Dios, había dicho a su siervo Moisés: que les daría todo el país, y a todos sus habitantes los aniquilaría ante ustedes; entonces, temblando por nuestra vida, discurrimos aquello.


diciendo a los montes y a las rocas: 'Caigan sobre nosotros y ocúltennos' de la presencia del que está sentado en el trono y de la cólera del Cordero,


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí