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Joel 2:30 - Nueva Biblia Española (1975)

30 Haré prodigios en cielo y tierra; sangre, fuego, humareda;

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Biblia Reina Valera 1960

30 Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 Y haré maravillas en los cielos y en la tierra: sangre, fuego y columnas de humo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Y haré prodigios en los cielos y en la tierra, Sangre y fuego, y columnas de humo.

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Joel 2:30
16 Tagairtí Cros  

Miró en dirección de Sodoma y Gomorra, toda la extensión de la vega, y vio una humareda que subía del suelo, como el humo de un horno.


¿Qué es eso que sube por el desierto como columna de humo, como nube de incienso y de mirra y perfumes de mercaderes?


la tierra guardará luto, el cielo arriba se ennegrecerá; lo dije y no me arrepiento, lo pensé y no me vuelvo atrás.


Aquel día no se dividirá en lumbre, frío y hielo;


Inmediatamente después de la angustia de aquellos días el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán'.


y habrá grandes terremotos, y en diversos lugares hambre y epidemias; sucederán cosas espantosas y se verán grandes señales en el cielo.


Los de Ay se volvieron a mirar y vieron que subía de la ciudad una humareda hasta el cielo y que no tenían escapatoria por ninguna parte, pues los que habían huido hacia el páramo se volvieron contra sus perseguidores (porque Josué y los israelitas,


y gritaban al ver el humo de su incendio: '¿Quién podía compararse con la gran ciudad?'.


Llorarán y se lamentarán por ella los reyes de la tierra que con ella fornicaron y se dieron al lujo, cuando vean el humo de su incendio;


Al tocar su trompeta el primero se produjeron granizo y centellas mezclados con sangre y los lanzaron a la tierra: un tercio de la tierra se abrasó, un tercio de los árboles se abrasó y toda la hierba verde se abrasó.


Los israelitas habían convenido con los de la emboscada en que, cuando hicieran subir una humareda desde el pueblo,


Pero en aquel momento empezó a subir la humareda desde el pueblo. Los benjaminitas miraron atrás y vieron que el pueblo entero subía en llamas al cielo;


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