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Joel 2:1 - Nueva Biblia Española (1975)

1 Toquen la trompeta en Sión, lancen el alando en mi monte santo; tiemblen los campesinos, porque llega, ya está cerca el día del Señor;

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Biblia Reina Valera 1960

1 Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡Toquen las trompetas en Jerusalén! ¡Den la alarma en mi monte santo! Que todos tiemblen de miedo porque está cerca el día del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 ¡Toquen la trompeta en Sión! Den la alarma en mi monte santo. ¡Tiemblen todos los habitantes del país, porque está cerca el día de Yavé: ¡Ahí viene!

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Soplad el shofar° en Sión! ¡Suene la alarma° en mi santo monte! ¡Tiemblen todos los moradores de esta tierra! Porque ya está cerca el día de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 ¡Tocad la trompeta en Sión, dad la alarma en mi monte santo! ¡Tiemblen todos los habitantes del país, porque llega el día de Yahveh; sí, ya está cerca!

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Joel 2:1
53 Tagairtí Cros  

David vestía un manto de lino, igual que todos los levitas (los portadores del arca y los cantores) y que Quenanías, director del coro. David llevaba también un roquete de lino.


mi carne se estremece con tu temor y respeto tus mandamientos.


¡Sus cimientos están en un monte santo!


que invadió todo Egipto, y se posó por todo el territorio; langosta tan numerosa como no la hubo antes ni la habrá después.


Ululen, que está cerca el día del Señor y llegará como azote del Todopoderoso;


Miren, llega implacable el día del Señor, su cólera y el estallido de su ira, para dejar la tierra desolada exterminando de ella a los pecadores.


que es el día del Señor de los ejércitos: contra todo lo orgulloso y arrogante, contra todo lo empinado y engreído,


Todo esto lo hicieron mis manos, y existió todo esto -oráculo del Señor- . Pero en ése pondré mis ojos: en el humilde y en el abatido que se estremece ante mis palabras.


Oigan la palabra del Señor, los que se estremecen ante sus palabras: Dicen sus hermanos, los que los detestan, los que los rechazan por mi nombre: 'Que el Señor muestre su gloria y veamos la alegría de ustedes'. Pues serán confundidos ellos.


Cuando anuncies a este pueblo todas estas palabras, te preguntarán: '¿Por qué ha pronunciado el Señor contra nosotros tan terribles amenazas? ¿Qué delitos o pecados hemos cometido contra el Señor, nuestro Dios?',


no asistirán al banquete fúnebre para darle el pésame por el difunto, ni les darán la copa del consuelo por su padre o su madre.


Anúncienlo en Judá, pregónenlo en Jerusalén toquen la trompeta en el país, griten a pleno pulmón: congréguense para marchar a la ciudad fortificada,


¿A mí no me respetan, no tiemblan en mi presencia? -oráculo del Señor- . Yo puse la arena como frontera del mar, límite perpetuo que no traspasa; hierve impotente, mugen sus olas, pero no lo traspasan;


Pues diles: Esto dice el Señor: Acabaré con ese refrán y no volverán a repetirlo en Israel. Diles tú este otro: 'Ya está llegando el día de cumplirse la visión'.


Grita y ulula, hijo de Adán, porque la blanden contra mi pueblo, contra todos los príncipes de Israel; los han entregado a la espada, junto con mi pueblo; por tanto, golpéate el pecho


que está cerca el día, está cerca el día del Señor: será día anubarrado, la hora de las naciones.


si al divisar la espada que avanza contra la población da la alarma al vecindario a toque de trompeta,


Pero si el atalaya divisa la espada que avanza y no toca la trompeta, y el vecindario no se pone alerta, y llega la espada y arrebata a alguno de ellos, éstos mueren por su culpa, pero al atalaya le pediré cuenta de la sangre.


Ahí está el día, está llegando, te toca el turno. Florece la injusticia, madura la insolencia,


llega el momento, el día se avecina; el comprador, que no se alegre; el vendedor, que no esté triste (porque a todos los alcanza el incendio).


Ordeno y mando: Que en mi imperio todos respeten y teman al Dios de Daniel. El es el Dios vivo que permanece siempre. Su reino no será destruido, su imperio dura hasta el fin.


Señor, a la medida de tu justicia, aparta la ira y la cólera de Jerusalén, tu ciudad y tu monte santo. Por nuestros pecados y los delitos de nuestros padres Jerusalén y todo tu pueblo son afrentados por los pueblos vecinos.


Aún estaba hablando y suplicando y confesando mi pecado y el de mi pueblo, Israel, y presentando mis súplicas al Señor, mi Dios, en favor de su monte santo;


Toquen la corneta en Gabá, la trompeta en Rama, lancen el grito de guerra en Betavén: '¡Que te persiguen, Benjamín!'.


¡Emboca la trompeta! Que un águila se cierne sobre la casa del Señor. Porque han roto mi alianza rebelándose contra mi ley.


¡Ay qué día!, porque está cerca el día del Señor, llegará como azote del Todopoderoso.


El señor alza la voz delante de su ejército: son innumerables sus campamentos, son fuertes los que cumplen sus órdenes. Grande y terrible es el día del Señor: ¿quién le resistirá?


Toquen la trompeta en Sión, proclamen un ayuno, convoquen la reunión,


el sol aparecerá oscuro, la luna ensangrentada, antes de llegar el día del Señor, grande y terrible.


turbas y más turbas en el valle de la Decisión; porque llega el día del Señor en el valle de la Decisión.


Y sabrán que yo soy el Señor, su Dios, que habito en Sión, mi monte santo; Jerusalén será santa y no la atravesarán extranjeros.


¿suena la trompeta en la ciudad sin que el vecindario se alarme?, ¿sucede una desgracia en la ciudad que no la mande el Señor?


¡Ay de los que ansían el día del Señor! ¿De qué les servirá el día del Señor si es tenebroso y sin luz?


Me preguntó: ¿Qué ves, Amos? Respondí: -Un cesto de higos maduros. Me explicó: Maduro está mi pueblo, Israel, y ya no pasaré de largo.


Se acerca el día del Señor para todas las naciones: lo que hiciste te lo harán, te pagarán tu merecido.


¡Se acerca el día grande del Señor! Se acerca con gran rapidez: el día del Señor es más ágil que un fugitivo, más veloz que un soldado.


día de trompeta y alaridos, contra las plazas fuertes, contra las altas almenas.


¡Silencio en presencia del Señor!, que se acerca el día del Señor. El Señor ha preparado un banquete y ha purificado a sus invitados.


Aquel día no tendrás que avergonzarte de las acciones con que me ofendiste, porque extirparé tus soberbias bravatas y no volverás a insolentarte en mi monte santo'.


Miren que llega el día del Señor, en que se repartirá botín en medio de ti.


Así dice el Señor de los ejércitos: Volveré a Sión, habitaré en medio de Jerusalén: Jerusalén se llamará Villafiel; el monte del Señor de los ejércitos, Montesanto.


Miren que llega el día, ardiente como un horno, cuando arrogantes y malvados serán la paja: ese día futuro los abrasaré y no quedará de ellos rama ni raíz -dice el Señor de los ejércitos-.


Haz dos trompetas de plata labrada para convocar a la comunidad y poner en marcha el campamento.


Al toque de las dos trompetas, se reunirá contigo toda la comunidad ala entrada de la tienda del encuentro.


Otro ejemplo: si la trompeta da un sonido indistinto, ¿quién se va á preparar al combate?


Por tanto, amigos míos, igual que en toda ocasión han obedecido, sigan realizando su salvación escrupulosamente no sólo cuando yo esté presente, sino mucho más ahora en mi ausencia;


pues saben perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón de noche.


No pierdan la paciencia tampoco ustedes, refuercen el ánimo, que la venida del Señor está cerca.


Además, el final de todo está cerca; por tanto, calma y sobriedad para poder orar.


porque ha llegado el gran día de su cólera y ¿quién podrá resistirle?'.


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