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Jeremías 32:3 - Nueva Biblia Española (1975)

3 Lo había encarcelado Sedecías, acusándole: Tú has profetizado: 'Así dice el Señor: Yo entregaré esta ciudad en manos del rey de Babilonia, para que la conquiste.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Porque Sedequías rey de Judá lo había puesto preso, diciendo: ¿Por qué profetizas tú diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la tomará;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 El rey Sedequías lo había puesto allí, y preguntaba por qué Jeremías seguía dando esta profecía: «Esto dice el Señor: “Estoy a punto de entregar esta ciudad al rey de Babilonia, y él la tomará.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 donde lo había mandado encerrar el rey Sedecías, con esta acusación: '¿Por qué andas diciendo en nombre de Yavé: Yo pondré esta ciudad en manos del rey de Babilonia, quien la tomará;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Sedequías, rey de Judá, lo había encarcelado, acusándolo: Tú has profetizado diciendo: Así dice YHVH: Yo entregaré esta ciudad en mano del rey de Babilonia para que la conquiste.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 donde Sedecías, rey de Judá, lo habla recluido, diciendo: '¿Por qué profetizas: así dice Yahveh: 'Mirad que voy a entregar esta ciudad en mano del rey de Babilonia, que la tomará,

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Jeremías 32:3
23 Tagairtí Cros  

Incluso durante el asedio siguió rebelándose contra el Señor.


El rey de Egipto les dijo: ¿Por qué, Moisés y Aarón, soliviantan al pueblo en su trabajo? Vuélvanse a transportar sus cargas.


En vano herí a sus hijos: no escarmentaron; la espada se cebó en sus profetas como león carnicero.


Jeremías les contestó: Digan a Sedecías:


Si una nación y su rey no se someten a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y no rinden el cuello al yugo del rey de Babilonia, con espada y hambre y peste castigaré a esa nación, hasta entregarla en sus manos -oráculo del Señor- .


Y a Sedecías, rey de Judá, con sus príncipes, los entregaré en manos de sus enemigos, que los persiguen a muerte; en manos del ejército del rey de Babilonia, que acaba de retirarse.


Y a Joaquín, rey de Judá, le dirás: Así dice el Señor: Tú has quemado este rollo diciendo: ¿Por qué has escrito en él que el rey de Babilonia vendrá ciertamente a destruir este país y a aniquilar en él a hombres y ganado?


Por entonces Jeremías podía moverse libremente entre el pueblo: aún no lo habían metido en la cárcel.


Pero si no te rindes a los generales del rey de Babilonia, esta ciudad caerá en manos de los caldeos, que la incendiarán, y tú no escaparás.


Y así dice el Señor: Esta ciudad será entregada al ejército del rey de Babilonia para que la conquiste'.


Y los dignatarios dijeron al rey: Muera ese hombre, porque está desmoralizando a los soldados que quedan en la ciudad y a todo el pueblo con semejantes discursos. Ese hombre no busca el bien del pueblo, sino su desgracia.


Ebedmélec salió de Palacio y habló al rey:


y tus ojos, Señor, buscan la sinceridad. Los heriste y no les dolió, los consumiste y no escarmentaban; endurecían la cara como roca y se negaban a convertirse.


El Señor hizo un fardo con mis culpas y lo ató con su mano, me lo echó al cuello y doblegó mis fuerzas, me ha entregado en unas manos que no me dejan levantarme.


pero en Betel no vuelvas a profetizar, porque es el templo real, es el santuario nacional.


y le hablaron así: Dinos con qué autoridad actúas así; ¿quién es el que te ha dado esa autoridad?


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