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Jeremías 21:2 - Nueva Biblia Española (1975)

2 Consulta por nosotros al Señor, a ver si repite sus prodigios con nosotros, y Nabucodonosor, rey de Babilonia, que ahora nos está combatiendo, se tiene que retirar.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Consulta ahora acerca de nosotros a Jehová, porque Nabucodonosor rey de Babilonia hace guerra contra nosotros; quizá Jehová hará con nosotros según todas sus maravillas, y aquel se irá de sobre nosotros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 —Por favor, habla al Señor por nosotros y pídele que nos ayude. El rey Nabucodonosor está atacando a Judá. Quizá el Señor sea misericordioso y haga un poderoso milagro como lo ha hecho en el pasado. Tal vez obligue a Nabucodonosor a que retire sus ejércitos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Consulta, en nombre de nosotros, a Yavé, pues Nabucodonosor, rey de Babilonia, nos está atacando; a lo mejor Yavé vuelve a hacer para nosotros algunos de sus milagros, y el enemigo se retira de nuestra presencia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Te ruego que consultes a YHVH de nuestra parte, porque Nabucodonosor rey de Babilonia hace guerra contra nosotros: quizá YHVH haga con nosotros conforme a todas sus maravillas para que aquél se retire de nosotros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 'Consulta por nosotros a Yahveh, pues Nabucodonosor, rey de Babilonia, nos está atacando. Tal vez Yahveh haga en favor nuestro alguno de sus prodigios, de tal modo que aquél se aleje de nosotros'.

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Jeremías 21:2
44 Tagairtí Cros  

Las capitales de su reino fueron Babel, Erec, Acad y Calno en territorio de Senaar,


Pero el ángel del Señor dijo a Elías, el tesbita: Anda, sal al encuentro de los mensajeros del rey de Samaria y diles: '¿Es que no hay Dios en Israel, para que vayan a consultar a Belcebú, dios de Ecrón?'.


El rey de Asiria trajo gente de Babilonia, Cuta, Avá, Jamat y Serfarvain y la estableció en las poblaciones de Samaria, para suplir a los israelitas. Ellos tomaron posesión de Samaria y se instalaron en sus poblados.


Entonces el Señor envió un ángel, que aniquiló a todos los soldados y a los jefes y oficiales del campamento del rey asirio. Este volvió a su país derrotado, y una vez que entró en el templo de su dios lo asesinaron allí sus propios hijos.


Recen al Señor, que ya basta de truenos y granizo, y les dejaré marchar sin retenerlos más.


aunque toman nombre de la ciudad santa y se apoyan en el Dios de Israel, cuyo nombre es 'Señor de los ejércitos'.


De veras, Señor, te he servido fielmente: en el peligro y en la desgracia he intercedido en favor de mi enemigo;


Jeremías les contestó: Digan a Sedecías:


¡Ay, mi Señor! Tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, con brazo extendido; nada es imposible para ti.


Mira, los taludes llegan hasta la ciudad para conquistarla, la ciudad está entregada en manos de los caldeos, que la atacan con la espada, el hambre y la peste. Sucede lo que anunciaste, y lo estás viendo.


Palabras que el Señor dirigió a Jeremías mientras Nabucodonosor, rey de Babilonia, y todo su ejército y todos los reyes de la tierra bajo su dominio y todos sus pueblos luchaban contra Jerusalén y contra sus ciudades:


El rey Sedecías lo hizo traer y le preguntó en secreto en su palacio: ¿Tienes algún -oráculo del Señor-? Respondió Jeremías: Sí. Serás entregado en manos del rey de Babilonia.


El rey Sedecías envió a Yehucal, hijo de Selamías, y a Sofonías, hijo de Maasías, sacerdote, para que dijeran al profeta Jeremías: Reza por nosotros al Señor, nuestro Dios.


Así dice el Señor, Dios de Israel: Esto dirás al rey de Judá, que te ha enviado a consultarme. Mira, el ejército del Faraón, que ha salido en auxilio de ustedes, se volverá a su tierra de Egipto.


Vendrá desastre tras desastre y alarma tras alarma; pedirán visiones al profeta, fracasarán las instrucciones del sacerdote y las propuestas de los concejales.


Ayunaron aquel día hasta la tarde, ofrecieron al Señor holocaustos y sacrificios de comunión y le consultaron (en aquella época estaba allí el arca de la alianza


Consultaron de nuevo al Señor: ¿Ha venido aquí Saúl? El Señor respondió: Está escondido entre los equipajes.


Samuel le dijo: ¿Por qué me has evocado, turbando mi reposo? Saúl respondió: Estoy en una situación desesperada: los filisteos me hacen la guerra, y Dios se me ha alejado y ya no me responde ni por profetas ni en sueños. Por eso te he llamado, para que me digas qué debo hacer.


Consultó al Señor, pero el Señor no le respondió, ni por sueños, ni por suertes, ni por profetas.


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