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Jeremías 20:2 - Nueva Biblia Española (1975)

2 Pasjur hizo azotar al profeta Jeremías y lo metió en el cepo que se encuentra en la puerta superior de Benjamín, en el templo del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y azotó Pasur al profeta Jeremías, y lo puso en el cepo que estaba en la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a la casa de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Así que arrestó al profeta Jeremías, ordenó que lo azotaran y que lo pusieran en el cepo junto a la puerta de Benjamín, en el templo del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 al oír a Jeremías, mandó apalearlo, y lo hizo sujetar con cadenas en el calabozo de la puerta alta de Benjamín, que está en la Casa de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y Pasur hizo azotar al profeta Jeremías y lo puso en el cepo que estaba en la puerta alta de Benjamín,° la cual conducía a la Casa de YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Y Pasjur mandó azotar al profeta Jeremías y lo puso en el cepo que había en la puerta superior de Benjamín, en el templo de Yahveh.

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Jeremías 20:2
30 Tagairtí Cros  

Cuando el rey oyó lo que gritaba el profeta contra el altar de Betel, extendió el brazo desde el altar, ordenando: ¡Aprésenlo! Pero el brazo extendido contra el profeta se le quedó rígido, sin poder acercarlo al cuerpo,


Diles: 'Por orden del rey, metan a éste en la cárcel y tásenle la ración de pan y agua hasta que yo vuelva victorioso'.


Asá se indignó con el vidente, e irritado con él por sus palabras, lo metió en la cárcel. Por entonces se ensañó también con otras personas del pueblo.


Entonces Sedéelas, hijo de Canaaná, se acercó a Miqueas y le dio un bofetón, diciéndole: ¿Por dónde se me ha escapado el espíritu del Señor para hablarte a ti?


Pero conspiraron contra él y lo apedrearon en el atrio del templo por orden del rey.


y me metes los pies en cepos, vigilas todos mis pasos y examinas mis huellas.


me mete los pies en el cepo y vigila todos mis pasos'.


lucharán contra ti, pero no te vencerán, porque yo estoy contigo para librarte -oráculo del Señor- .


Se enteraron de todo los dignatarios de Judá y, subiendo del palacio real al templo, se sentaron en el tribunal de la Puerta Nueva.


y cuando terminó de decir todo lo que el Señor le había mandado decir al pueblo, lo prendieron los sacerdotes, los profetas y la gente, diciéndole: Eres reo de muerte.


'El Señor te ha nombrado sucesor del sacerdote Yehoyadá como responsable del templo; al que se desmande y se meta a profetizar lo tienes que meter en el cepo y la argolla.


Entonces el rey mandó a Yerajmeel, príncipe real; a Serayas, hijo de Azriel, y a Salamías, hijo de Abdeel, a arrestar a Baruc, el escribano, y a Jeremías, el profeta. Pero el Señor los escondió.


Al llegar a la Puerta de Benjamín estaba allí el capitán de la guardia, Yirayas, hijo de Selamías, hijo de Ananías, quien detuvo al profeta Jeremías, diciendo: ¿Conque te pasas a los caldeos?


Entonces el rey Sedecías ordenó que custodiaran a Jeremías en el patio de la guardia y que le dieran una hogaza de pan al día -de la Calle de Panaderos-, mientras hubiera pan en la ciudad. Y Jeremías se quedó en el patio de la guardia.


Todo el país se allanará: desde La Loma hasta Granado del Sur. Jerusalén estará en alto y habitada, desde la Puerta de Benjamín hasta la Puerta Vieja y hasta la Puerta del Ángulo, desde la Torre de Jananel hasta el Lagar del Rey.


Los labradores agarraron a los sirvientes, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.


Les echaron mano, y como era ya tarde, los metieron en la cárcel hasta el día siguiente.


mandaron prender a los apóstoles y meterlos en la cárcel común,


Le dieron la razón y llamaron a los apóstoles; los azotaron, les prohibieron mencionar el nombre de Jesús y los soltaron.


¿Hubo un profeta que sus padres no persiguieran? Ellos mataron a los que anunciaban la venida del Justo, y a él lo han traicionado y asesinado ustedes ahora;


Vi que la mujer estaba borracha de la sangre de los consagrados y de la sangre de los testigos de Jesús. Al verla me quedé asombrado.


No temas nada de lo que vas a sufrir; el diablo va a meter a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba, pero su apuro durará diez días. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida.


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