Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne
- Fógraí -





Jeremías 13:14 - Nueva Biblia Española (1975)

14 Los haré chocar unos con otros, padres con hijos -oráculo del Señor- ; ni piedad, ni perdón, ni compasión me impedirán destruirlos'.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

14 y los quebrantaré el uno contra el otro, los padres con los hijos igualmente, dice Jehová; no perdonaré, ni tendré piedad ni misericordia, para no destruirlos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Los estrellaré el uno contra el otro, aun los padres contra los hijos, dice el Señor. No permitiré que mi lástima ni mi misericordia ni mi compasión me impidan destruirlos’”».

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Así dice Yavé: 'No tendré piedad ni misericordia, y sin perdón los destruiré.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

14 Y haré que choquen unos contra otros, padres e hijos juntamente, dice YHVH. No perdonaré ni tendré piedad, ni me compadeceré para no destruirlos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 y voy a estrellarlos unos contra otros, a los padres junto con los hijos -oráculo de Yahveh-. No me apiadaré ni me afligiré ni me compadeceré de aniquilarlos'.

Féach an chaibidil Cóip




Jeremías 13:14
30 Tagairtí Cros  

Los amonitas y moabitas decidieron destruir y aniquilar a los de Seír, y cuando terminaron con ellos se enzarzaron a muerte unos con otros.


Dios lo empuja sin piedad4, y él intenta huir por todas partes.


los gobernarás con cetro de hierro, los quebrarás como jarro de loza'.


Al secarse el ramaje, se quiebra, vienen mujeres y lo prenden fuego. Porque es un pueblo insensato, por eso su Hacedor no se apiada, su Creador no lo compadece.


¿Quién se apiada de ti, Jerusalén, quién te compadece? ¿Quién da un rodeo para preguntar cómo estás?


Tú me rechazaste, te echaste atrás -oráculo del Señor- , y yo tendí la mano para aniquilarte,


Así dice el Señor: No entres en casa donde haya luto, no vayas al duelo, no les des el pésame, porque retiro de este pueblo -oráculo del Señor- mi paz, misericordia y compasión.


Después -oráculo del Señor- a Sedecías, rey de Judá, a sus ministros y a los que sobrevivan en la ciudad a la peste, la espada y el hambre los entregaré en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de sus enemigos mortales. Los pasará a filo de espada, sin piedad, sin respetos, sin compasión.


Que beban y se tambaleen y enloquezcan ante la espada que arrojo en medio de ellos.


al oír el estrépito de los cascos de los corceles, el retumbo de los carros, el fragor de las ruedas; los padres, ya sin fuerza, no miran por sus hijos.


Pero llegará un tiempo -oráculo del Señor- en que despacharé tinajeros que la trasvasen: vaciarán las vasijas y las romperán.


Así dice el Señor: Yo pondré a este pueblo obstáculos en que tropiecen: padres e hijos, vecinos y amigos acabarán juntos.


Se tienden en el suelo de las calles muchachos y ancianos, mis jóvenes y mis doncellas cayeron a filo de espada; el día de tu ira diste muerte, mataste sin compasión.


Yo, el Señor, lo digo, lo realizo y sucede, no lo paso por alto, ni me apiado, ni me arrepiento. Según tu conducta y tus malas obras te juzgaré -oráculo del Señor- .


Ya te llega el fin: lanzaré mi ira contra ti, te juzgaré como mereces y pagarás tus abominaciones.


No me apiadaré ni te perdonaré: te daré la paga que mereces, te quedarás con tus abominaciones, y sabrán que yo soy el Señor.


No me apiadaré ni te perdonaré, te daré la paga que mereces, te quedarás con tus abominaciones, y sabrán que yo soy el Señor.


Pues también yo actuaré con cólera, no me apiadaré ni perdonaré; me invocarán a voz en grito, pero no los escucharé.


Pues tampoco yo me apiadaré ni perdonaré; doy a cada uno su merecido.


A los otros les dijo en mi presencia: Recorran la ciudad detrás de él hiriendo sin compasión y sin piedad.


y de sus hijos no me compadeceré, porque son hijos bastardos.


No volveré a perdonar a los habitantes del país -oráculo del Señor- ; entregaré a cada uno en manos de su pastor y de su rey; cuando destruyan el país, no los libraré de sus manos.


Un hermano entregará a su hermano a la muerte, y un padre a su hijo; los hijos denunciarán a sus padres y los harán morir.


Un hermano entregará a su hermano a la muerte y un padre a su hijo; los hijos denunciarán a sus padres y los harán morir.


porque el Señor no está dispuesto a perdonarlo; su ira y su celo echarán humo contra ese hombre, se asentará sobre él la maldición de este código, y el Señor borrará su nombre bajo el cielo;


Desde Loma de Benjamín vieron los centinelas de Saúl que el ejército enemigo huía a la desbandada.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí