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Jeremías 11:8 - Nueva Biblia Española (1975)

8 Ellos no escucharon ni prestaron oído, sino que cada uno seguía la maldad de su corazón obstinado. Por eso hice caer sobre ellos las maldiciones de la alianza, pues no hicieron lo que yo les mandaba.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Pero no oyeron, ni inclinaron su oído, antes se fueron cada uno tras la imaginación de su malvado corazón; por tanto, traeré sobre ellos todas las palabras de este pacto, el cual mandé que cumpliesen, y no lo cumplieron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 pero sus antepasados no escucharon y ni siquiera prestaron atención, sino que se pusieron tercos y siguieron sus propios malos deseos. Y debido a que se negaron a obedecer, traje sobre ellos todas las maldiciones descritas en este pacto”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Pero no me escucharon ni me hicieron caso, sino que cada uno siguió la inclinación de su corazón perverso. Entonces yo cumplí contra ellos todas las palabras de esta alianza que les había ordenado observar y no observaron.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Pero ellos no escucharon ni inclinaron su oído, sino que cada cual anduvo en la dureza de su malvado corazón. Por eso traigo sobre ellos todas las palabras de este pacto, el cual mandé que cumplieran y no lo han cumplido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pero ellos no escucharon ni aplicaron su oído, sino que cada uno siguió la obstinación de su corazón malvado, y por eso hice recaer sobre ellos todas las palabras de esta alianza que les había mandado cumplir y que no cumplieron'.

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Jeremías 11:8
31 Tagairtí Cros  

Pero, indóciles, se rebelaron contra ti, se echaron tu Ley a las espaldas y asesinaron a tus profetas, que los amonestaban a volver a ti, cometiendo gravísimas ofensas.


Los amonestaste para que volvieran a tu Ley, pero ellos, altivos, no obedecieron tus preceptos y pecaron contra tus normas, que dan la vida al hombre si las cumple. Volvieron la espalda con rebeldía; tercamente, no quisieron escuchar.


de ese pueblo que se niega a obedecerme, que se porta obstinadamente, que sigue a dioses extranjeros y les rinde adoración. Serán como ese cinturón inservible.


En aquel tiempo llamarán a Jerusalén 'Trono del Señor', acudirán a ella todos los paganos, porque Jerusalén llevará el nombre del Señor y ya no seguirán la maldad de su corazón obstinado.


no será como la alianza que hice con sus padres cuando los agarré de la mano para sacarlos de Egipto; la alianza que ellos quebrantaron y yo mantuve -oráculo del Señor- ;


y entraron a poseerla. Pero ellos no te obedecieron, no procedieron según tu Ley, no hicieron lo que les habías mandado hacer; por eso les enviaste' todas estas desgracias.


Al cabo de cada siete años, todos dejarán libre a su paisano hebreo que hayan comprado y que les haya servido seis años: lo despedirán en libertad. Pero sus padres no me escucharon ni me prestaron oído.


Sin cesar les envié a mis siervos los profetas a que les dijeran: Que se convierta cada cual de su mala conducta y que enmiende sus acciones; no sigan a dioses extraños, dándoles culto; así habitarán en la tierra que les di a ustedes y a sus padres. Pero no prestaron oído ni me hicieron caso.


Por eso, así dice el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: Yo haré caer sobre Judá y sobre los habitantes de Jerusalén todas las amenazas que he pronunciado contra ellos, porque les hablé, y no me escucharon; los llamé, y no me respondieron.


Respondió Jeremías: No te entregarán. Obedece al Señor en lo que te comunico y te irá bien, y salvarás la vida.


No queremos escuchar esa palabra que nos dices en el nombre del Señor,


sino que haremos lo que hemos prometido: quemaremos incienso a la reina del cielo y le ofreceremos libaciones; igual que hicimos nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y jefes en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Entonces nos hartábamos de pan, nos iba bien, y no conocíamos la desgracia.


Pero no escucharon ni prestaron oído para enmendarse de la maldad dejando de quemar incienso a dioses extraños.


Pues ahora, por haber cometido tales acciones -oráculo del Señor- , porque les hablé sin cesar y no me escucharon, porque los llamé y no me respondieron,


Pero no escucharon ni prestaron oído, seguían sus planes, la maldad de su corazón obstinado, dándome la espalda y no la cara.


pero no me escucharon ni prestaron oído, se pusieron tercos y fueron peores que sus padres.


Pero se rebelaron contra mí y no quisieron obedecerme; ninguno arrojó los fetiches que lo encandilaban ni se deshizo de los ídolos de Egipto. Entonces pensé derramar mi cólera sobre ellos para agotar en ellos mi ira en territorio egipcio.


No sean como sus antepasados, a quienes predicaban los antiguos profetas: 'Así dice el Señor de los ejércitos: Conviértanse de su mala conducta y de sus malas acciones'; y no me escucharon ni me hicieron caso -oráculo del Señor- de los ejércitos-.


Pero no hicieron caso, me dieron la espalda rebelándose, se taparon los oídos para no oír.


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